-Alex... Alex... ¡Alex!-escucho a Anabel gritarme, instintivamente me levanto gritando que, que pasa-no pasa nada tranquilo-siento como mis cuerpo se destensa lentamente al oír eso-solo te quería dar las gracias.
-No es nada me importas y mucho así que no dejare que nada malo te pase-respondí mientras la abrazaba y le daba besos en el cuello.
Ella solo se estremecía pero se dejaba llevar.
Los minutos pasaban y en cuestión de segundos nos estábamos comiendo la boca.
-Espera espera-me dijo Anabel cortando el beso y tratando de respirar correctamente-¿no es muy temprano para tener sexo?
-Ay Any ¿acaso importa? Y no sería sexo, sería hacer el amor que es diferente-dije viéndola a los ojos fijamente con diversión-¿podemos continuar querida Any?
Sentí como que todo pasó muy rápido, pero ni siquiera desayunamos, yo creo que duramos toda la tarde.
-Wow-fue lo único que se salió de los labios de Anabel después de “nuestro mágico momento”
-Vaya querida Any no sabía que tenía tanto talento en estas cosas-me voltee hacia ella y vi como sus cachetes estaban rojos-te ves tan linda sonrojada-ahora toda su cara estaba roja-ya Ana, ven aquí-le tendí el brazo para que ella se recostara.
Cuando se acerco a mí se acurruco en mi pecho como un cachorrito o un gatito en busca de calor y entonces con aspirar el olor de su cabello (que siempre olía jodidamente bien) me quede dormido.
De un de repente un delicioso olor a chocolate con pan me despertó, cuando entre a la cocina vi a Anabel parada haciendo las cosas, ya era de noche, las 10 para ser exactos.
-¿Qué haces despierta?-pregunto mientras frunzo el ceño
-Se me antojo un chocolate con pan y recordé que cuando fui de compras traje y decidí hacer-respondió mientras se encogía de hombros.
-Eres un caso perdido Any
Aun así comimos en la sala mientras ella me leía un libro que ni siquiera sabía cómo mierdas se llamaba ni sabía que estaba aquí, pero bueno.
Nos fuimos a dormir y fue todo lo que hicimos. Dormir hasta el día siguiente.
Los días han pasado lentos, y aunque ella siga consumiendo drogas ya no lo hace tanto, como antes me decía que solía hacer, estamos felices, el problema es que conseguí trabajo, es bueno, pero no me gusta dejarla sola, eso es lo malo, me da miedo perderla.
Sí, soy de lo más paranoico, pero el hecho de no saber qué es lo que hace en mi ausencia, con que se entretiene... espero que no salga a la ciudad.
Le preguntare, espero y me responda, pero justamente ahora voy a mi trabajo y no puedo, le diré ya que venga.
Mi trabajo es una empresa donde yo tengo que escribir unas notas que me dan mis compañeros periodistas. Bastante aburrido la verdad.
Pero ya que, preferible a no hacer nada, apenas y nos alcanza pero estamos bien dentro de lo que cabe.
Vivo feliz, después de tanto tiempo por fin estoy feliz, inclusive había olvidado lo que era sentirse así.
-Buenos días jefe-le digo a Martin.
-Buenos días-responde con una sonrisa amable-hoy hay una noticia exquisita, se trata de unos hombres que se encargaban de prostituir mujeres, ellos se hacían novios de las chicas y se las llevaban, en especial a las menores de edad.
El problema es que quedo uno libre y no saben donde esta, pero si saben que no ha salido de la ciudad.... Bueno ya Alex, que la noticia es fuerte pero no para que pongas esa cara, anda ve a trabajar.
Lo que él no sabía es que esa noticia me hacía sospechar que ellos podrían ser los que buscan a Anabel.
Aun así fui e hice mi trabajo, ahora más que nunca le preguntaría a Anabel si ha salido a la ciudad.
Escribí la nota y trate de hacer mi trabajo lo más rápido posible.
Y cuando había terminado empecé a conducir lo más rápido posible para llegar con Anabel.
Pero cuando entro me encuentro con una imagen que responde todas mis dudas... Lo que tanto temía está ocurriendo... Dios no puede ser esto, quizá es el destino que ya estaba escrito.