Son las ocho de la mañana, me acabo de levantar para ir con el Padre Cesar, mis ojeras son enormes y mi cansancio es demasiado notorio pero no importa, trato de vestir lo más casual pero sin mi ropa negra, no quiero que piense mal.
-Madre saldré con el Padre Cesar-le aviso a la vez que tomo una manzana de la cocina.
Antes de que me diga algo tomo las llaves del audi y mi chaqueta.
En el trayecto solo escucho música. Aun recuerdo cuando era pequeño y solía venir con mi madre y mi padre a la iglesia. El Padre Cesar es un hombre mayor que me ha visto crecer. El ha sido como un segundo padre en mi vida.
Ya eh llegado a la iglesia, doy gracias de que el Padre siempre este aquí.
En cuanto entro veo que hay solo unas personas dentro con la cabeza baja. Así que me dirijo a la oficina del Padre y toco la puerta dos veces.
-Pase
-me aclaro la garganta al momento de entrar ya que el Padre ordenaba unos papeles pero al escucharme voltea enseguida-Padre Cesar cuanto tiempo, ¿Cómo le va?
-Hola Alex-responde con voz cansada por la edad pero con una gran sonrisa-sabia que algún día algo te haría volver así que dime ¿A qué viniste exactamente, que te sucedió?-pregunta alzando una ceja esperando repuesta
Sin darme cuenta suelto todo el aire que estaba conteniendo y me siento enfrente de él.
-Lo que pasa Padre es que tuve un sueño muy raro, me quebré la cabeza toda la noche tratando de adivinar que mierd... qué rayos significaba y por más que trato no le hayo explicación-empecé a mirarlo con frustración mientras acomodaba mi cabello varias veces en señal de nerviosismo.
-Bueno hijo cuéntame, estoy aquí para escucharte. No sabes cuánto tiempo espere esto.
-¿Eh?-pregunto alzando la vista y viéndolo incrédulo
-No Alex, no me malinterpretes, solo que no sabes cuánto esperaba que te pasara algo que hiciera que abrieras los ojos y volvieras aquí.
Aunque eso me sonó medio raro le conté todo, desde Charlotte, las pesadillas, mi madre, Anabel, mi padre inclusive de Angie... todo y el ultimo sueño claro.
Al terminar de hablar vi que el Padre estaba analizando todo, aparte de que parecía que diría algo pero se cayó.
-Bien Alex lo que sucede es esto: Numero uno; has pasado por mucho dolor en estos últimos dos o tres años, has pasado cosas muy fuertes que no son fáciles de asimilar. Numero dos; desde que paso lo de Charlotte debiste haber ido con un psicólogo pero apuesto lo que quieres a que tu no quisiste ir por testarudo-a esto último solo asentí apenado-y numero tres; es raro de alguna manera tu sueño ya que las personas al morir nos suele suceder esto: nos vamos directamente al infierno, al cielo o entramos al purgatorio que es donde esperamos la hora del juicio final. Mas sin embargo hay personas que al morir su alma se encuentra en pena, deambulando sin rumbo fijo por muchas razones: puede que sienta la necesidad de advertir algo, una venganza, por suicidio u otras razones. Para que estas personas puedan descansar se debe rezar por ellas o cuando creen que han cumplido su misión se marchan hacia su destino.
Cuando termino de hablar me quede atónito. No quiero ir al infierno ni quiero que mi alma ande por ahí deambulando, pero vuelvo a la realidad.
-Pero ¿entonces qué significa mi sueño Padre?
-Que el alma de estas dos chicas no puede descansar, porque su único objetivo por el que no se han ido es por un chico que tengo frente a mí y no se irán a menos que se hagan dos cosas, una, llevarte con ellas o dos, rezar porque hallen el descanso eterno y no desvíen tu destino o misión aquí en la tierra y...
-¿Padre cual es mi misión en esta vida?-pregunte interrumpiéndolo
-Oh no lo sé Alex, eso depende de cada uno de nosotros, mi misión está a punto de terminar ya que soy muy viejo y pronto moriré pero a ti te queda mucho por recorrer en este mundo, tu misión la sabrás cuando busques dentro de tu corazón y pienses con la cabeza fría, yo no puedo decirte algo que no se.
-Ah, bueno Padre creo que vendré de ahora en adelante a misa-solté una risa nerviosa reflejando el miedo-y le agradezco por escucharme
Estaba a punto de salir por la puerta cuando me volteo y abro los ojos como platos al escuchar al Padre decirme:
-Y Alex no dejes ir a Ángela puede que ella sea la indicada-me guiñe un ojo con una pequeña sonrisa- y arregla bien las cosas con tu madre, que te vaya bien y que tengas suerte Alex
-Gracias Padre seguiré sus consejos.
Después de esto salgo de ahí caminando a toda prisa.
Ya en el carro me dirijo a mi casa, sin darme cuenta dure dos horas charlando con el Padre.
Al llegar a casa escucho desde afuera como se oye música de Nirvana, smells like teen spirit para ser exactos.
La imagen que vi al entrar creo que nunca la sacare de mi cabeza: Mi madre estaba en un short degastado, una camisa un poco ancha, toda despeinada y con un plátano en la mano usándolo de micrófono mientras brincaba sobre el sillón y cantaba. Yo rápidamente saque mi celular y tome video, me vengaría de esas veces que mostraba a sus amigas fotos mías de pequeño. Cuando creí que fue bastante video hable.
-Madre me pregunto qué pasa por tu cabeza cuando te comportas así-dije cruzándome de brazos con una enorme sonrisa en los labios mientras la veía divertido.
Mi madre al escucharme volteo a verme asustada a la vez que tiraba el plátano y buscaba desesperada el control para apagar la música.
-Eh... Alex... yo solo.... es que creí que llegarías tarde y pues no se... pensé que estarías con Angie o algo así...-repetía mi madre con la cabeza baja y jugando con sus dedos.
-Tranquila madre no pasa nada pero es que te comportas como una chiquilla de quince años- reí negando con la cabeza-bueno para que veas que soy buen hijo iré por una pizza y tu ve preparando el video-iba a salir pero voltee para decirle-no quiero películas sanguinarias madre.
-Claro hijita-alcance a oír que me grito con voz aguda antes de salir.
Es caso perdido pensé, pero también la mejor madre.