Elora de Rivia no confiaba ni en su propia sombra, tenía el carácter de un toro malhumorado y nunca, jamás, se debía interrumpirla mientras comía. Y para rematar, tiene el más abrupto primer encuentro con nada más ni nada menos que Sehon(Jimin) Hatt...
volvió el fic de jimin ninja mamadísimo 1080p, recuerden que los personajes siguen siendo igual de vergas pero hay cosas que cambié, denle amorcito al fic ( ͡❛ ▿ ͡❛)♥
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
{✧]
—¿Todos somos conscientes de lo ilegal que se ve esto?—la pregunta de Emma me hizo sonreír.
Porque, sí. Al menos yo era consciente.
Luego de recorrer aproximadamente media hora de un callejón angosto y resquebrajado, atravesando un sin fin de carteles neón que prometían cumplir con todos los pecados del ser humano; henos aquí. Un edificio de dos plantas se erguía frente a nosotros, la puerta era un rectángulo de acero rojo reforzado y lo único que nos permitía saber que había vida dentro eran las luces neón que brillaban en las ventanas cerradas.
—Me estoy lamentando haberme dejado la navaja. —susurré.
—Bueno... está Sokka. —esta vez, me reí. No era como si Sokka fuera una navaja viviente, pero ver a alguien apuntándote con una navaja y ver a Sokka enojado causaban casi el mismo sentimiento.
Con casi dos metros de altura, la piel de Sokka era como el café con leche y su cuerpo era macizo y ancho, producto de su entrenamiento. Tenía el cabello lacio hasta la cintura y siempre tenía pequeñas trenzas colgando de él. Nunca faltaba en su oreja derecha la pequeña pluma colgaba como pendiente.
No lo hacía a propósito, pero todo en él parecía tener un cartel de: Soy un nativo, y estoy orgulloso de ello.
¿Cómo no íbamos a quererlo?
Enfundado en su chaqueta de cuero marrón, frunció las cejas y se cruzó de brazos.
— Pues yo sí tengo mi navaja. —dijo, su voz áspera y ronca rasgó el silencio—¿Segura que es aquí, Mua'tara?— creo que eso significaba pequeño en esquimal, o bueno, también podía significar idiota. No me acordaba.
—Mah'— era la única mierda que sabía decir en nativo, y estaba orgullosa de ello— Eso dice la dirección que me dio Tama.
Antes de encogerme de hombros, Emma tuvo un sobresalto del susto cuando la pequeña mirilla de la puerta se abrió de golpe. La música electro nos golpeó el rostro como un puñetazo y un par de ojos asiáticos aparecieron en la pequeña abertura.
—¿Buenas noches... ?—miré a Emma y le hice una mueca. Ella se encogió de hombros, quitando las ondas rubio cenizo de sus hombros.
Entonces la pequeña mirilla de la puerta se cerró de un golpe.
Se hizo un silencio.
—Genial Emma, gracias por tu educación. La cagaste.
Ella me miró—Yo sólo... —antes de poder decir alguna cosa, o siquiera reaccionar, los tornillos de la puerta hicieron eco en el silencioso callejón, como tuercas que se movían y ajustaban.
