La alumna se hallaba
sentada, observadora.
Viendo tras aquella ventana
el brillo del sol en el cielo
que iluminaba y calentaba
en aquella mañana fría y lluviosa.
La niña observó a lo lejos
otro astro en el cielo.
«Es la luna» dijo para sus adentros.
Al sonar la sirena,
sus compañeros corriendo salieron,
ella se quedó mirando aquel azul cielo.
La luna no iluminaba,
la luna no calentaba,
pero ahí estaba,
asomada, observadora.
La alumna fue a preguntarle a la profesora:
«¿Por qué la luna sigue en el cielo
si las estrellas no brillan junto a ella?»
La profesora se levantó de su asiento
y observó el cielo.
«Quizás te esté observando,
la luna observa, vigila,
como un ángel guardián
te protege desde el azul cielo.
Tú la ves de noche, pero ella nunca se va.
Ella espera la noche para que la observes,
ella espera la noche para poder hablarte».
La noche llegó,
pero la niña no se durmió.
Se quedó hasta tarde dibujando la luna
con todo lujo de detalles.
Con la luz apagada
pero no a oscuras,
tenía la luz
de aquella protectora y guardiana
que la aguardaría toda la noche
y la cuidaría durante todo el día.
A la mañana siguiente
el sol volvió a salir,
las clases empezaron,
todos volvieron a clase.
La niña observó a lo lejos
aquel astro en el cielo.
«Es la luna» dijo para sus adentros.
La luna no iluminaba,
la luna no calentaba,
casi no se veía,
pero ahí seguía.
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Aquí se hallan mis sentimientos.
Poésie¿Nunca has tenido la necesidad de decirle a alguien que lo amas? ¿De decirle a ese imbécil que te irrita? ¿De simplemente decir lo que sientes? Todos tenemos sentimientos, pero yo, como muchas personas, me he limitado a escribirlos. ...
