Voy a buscarte a la estación,
pero tu tren se retrasa
o quizás mi impaciencia
hace que el tiempo se detenga.Me siento en un banco
con vistas al horario
con oido a los railes
viendo el tic tac del reloj
oyendo cada segundo
que transcurre a mi alrededor.Mis ojos, mis oidos
cambian de destino
al ver a un hombre
portando en su estuche
lo que se ve como su violín
de color rojizo, recordándome
a aquella mañana en el que vi el amanecer junto a ti,
por primera vez.Su melodía, nostálgica,
me llevó a aquel día
en el que perdí mi sonrisa
y me ofreciste la tuya
queriendo compartirla.De repente, despierto de mi sueño.
El tiempo no se detenía,
seguía.
Escuché a los railes temblar,
no sé si por alegría
o por miedo;
ya que cuando un tren llega
otro se tiene que ir.Por ello, de camino a buscarte
vi a una mujer llorando
a hombros de su amante.
¿Quién sabe cuánto tiempo pasarían hasta volver a reencontrarse?Llegué,
ni pronto ni tarde a tu encuentro.
En ese momento,
en el que cruce mi mirada con tus ojos
Supe que tú también me habías echado en falta.
Ya que a veces las palabras sobran y el tiempo se para,
espera y desespera.Al llegar a mí y abrazarme,
pensé en tanto que contarte.
Como he visto,
en una simple estación
un mágico amanecer,
donde me hallaba con tu sonrisa,
donde en su día hubo lágrimas
por la desesperación
que vuelven a ser derramadas
por pura emoción.Pero de entre todos los sentimientos
encontrados y por encontrar,
lo primero que me salió decirte fue:
"Bienvenida, mi querida hermanita."
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Aquí se hallan mis sentimientos.
Şiir¿Nunca has tenido la necesidad de decirle a alguien que lo amas? ¿De decirle a ese imbécil que te irrita? ¿De simplemente decir lo que sientes? Todos tenemos sentimientos, pero yo, como muchas personas, me he limitado a escribirlos. ...