C u a t r o

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Jessey

Cuando acabo todo, me limpio la boca y los dedos con una servilleta.

-¿Esta temporada jugáis contra los Dalton, no?

-Exacto, ese equipo es duro de pelar así que nuestro entrenador está exigiendo muchísimo, nunca le había visto así -charlamos durante media hora más mientras él en ocasiones sirve a otros clientes. Al ver que se está haciendo tarde, me levanto del taburete y le dejo el dinero- fue un gusto verte otra vez Zac, mañana estaré aquí sobre la misma hora.

-Estaré esperando ―dice mientras recoge mi plato.

A los veinte minutos llego a mi casa. Como siempre, oigo las discusiones de mis padres. Los ignoro y subo las escaleras para ir a mi habitación, pero antes voy a la de mi hermanita.

―Hola enana ―esta sentada dibujando y me inclino para observar mejor qué es lo que hay en el papel― ¿esos somos nosotros?

―Sí. Jay... ―me mira con esos ojos verdes amarronados tan bonitos que tiene―¿Por qué mamá y papá gritan tanto?

Le acaricio la mejilla y me agacho hasta estar a su altura.

―No lo sé, pero se arreglará ya lo verás ―intento convencerme a mí mismo también― Bueno pequeñaja, hora de cenar.

Le revuelvo el pelo castaño claro y le pregunto si quiere algún plato en especial a lo que ella responde una de mis especialidades: croquetas caseras de jamón y queso. Leah es una de las niñas más duces que he visto y no es porque sea mi hermana, es porque está en su naturaleza ser así. Tiene una memoria brillante aún con sus once años. Le encanta leer, sobretodo libros de aventuras, fantasía y un poco de ciencia-ficción mezclada con romance.

Bajo al piso de abajo y les exijo a mis padres que paren. A veces pienso que el que ejerce aquí de figura paternal soy yo y no ellos. Subo de nuevo para darme una ducha de unos diez minutos y me pongo una camiseta blanca, unos bóxers negros y el pantalón del pijama.

Leah ya está sentada en la mesa, mis padres estarán cada uno en sus respectivos despachos haciendo su trabajo, eso es lo que les permite no estar discutiendo cada dos por tres. Cuando la cena está lista, pongo un buen plato de croquetas sobre la mesa y las disfruto en compañía de mi pequeñaja.

(Leah en multimedia.)

Lo que siento por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora