Capítulo 45

38 1 1
                                    

Capítulo 45: "Sambil motorizado"

- ¿Y tú amigo? – Me preguntó José guardando su celular en el bolsillo. José nos había invitado a comer pero Zac despertó vomitando sangre y con la temperatura alta y prefirió quedarse y que yo vaya sola, yo me negué a irme y dejarlo pero él insistió que no me quería arruinar el día.

- Él no se siente bien, dijo que vayamos nosotros

  Entonces salí con José y sus amigos, fuimos a un lugar en el que no recuerdo el nombre, pero vendían arepas, algo delicioso que había provocado que pida unas seis solo para mí, así que le compré unas cuantas para Zac.

E hice lo mismo con las cachapas y hallacas. O eso es lo que dijo José.

- Marico, mira a la chamita – Dijo un joven de altura promedia hacia su amigo, yo miré a José y él se rió encogiendo los hombros

  Yo caminaba con un tupper dentro de una bolsa, con mucha comida para Zac, así que apenas llegamos al departamento, mandé a José a que le diera la comida obligándolo a que le dijera que era de parte de él.

  Siendo las cinco de la tarde decidí que quería conocer un poco la ciudad, José había hablado de un gran centro comercial y quería ir.

Entonces caminé a la habitación decidida a cambiarme.

- Abby – Se paró mirándome, yo tomé la ropa que iba a usar para ir al baño

- ¿Estás mejor? – Dije refiriéndome a la fiebre

- Si... Por cierto, gracias por la comida

- ¿Qué? ¿Cuál comida? – Pregunté evitando mirarlo

- Le di veinte dólares

- Maldito bastardo – Gruñí mordiéndome el labio - ¡No se puede confiar en nadie! – Zac rió, me gustó verlo reír, desde que fui con él al hospital no lo veo reír así

- ¿Qué? – Preguntó quedándose callado

- Nada, deberías reír más seguido – Me encogí de hombros y sonreí – Por cierto, en media hora saldremos, cámbiate

  Felizmente Zac ya se había tomado una ducha, así que simplemente se tuvo que cambiar de ropa, tenía una camiseta blanca con cuello en "V" y un jean negro.

- ¿Listo? – Pregunté delineando mis ojos

- Sí. ¿No te da nervios hacer eso?

- ¿Hacer qué?

- Eso, pintarte así los ojos

- No, estoy acostumbrada – Sonreí buscando un buen color de labial - ¿Qué dices? ¿Morado o rosado? – Saqué ambos labiales y él los miró

- Ese – Señaló el morado, yo sonreí y asentí

- Bien – Me paré mientras me aplicaba el labial y guardaba mis cosas

- Te ves linda – Soltó mientras yo cerraba el neceser

Yo reí sonrojada y lo besé.

  El centro comercial se llamaba Sambil, y con José y su amigo Jorge logramos llegar en metro sin perdernos en el camino. Zac estaba algo nervioso, se notaba que no se había subido a muchos buses en su vida.

  Casi podía imaginármelo en la escena de Emma Roberts en Wild Child usando desinfectante al tocar el tubo del bus. Reí ante mi propio pensamiento.

  Las tiendas eran gigantes, y me lo había pasado genial. Incluso les compramos un par de cosas a José y Jorgeen agradecimiento.

Ahora estábamos en una cafetería donde vendían arepas. Zac estaba arrasando con toda la comida del lugar.

- Entonces la pizza cayó en su cara y padre explotó en gritos – Reí mientras todos carcajeaban

Las historias de Zac sobre su padre siempre sacaban sonrisas a los demás.

  Caminábamos hacia el estacionamiento acompañando a Jorge que necesitaba hacer quién sabe qué cosa.

  Pero mis ojos no podían dejar de ver esa maravilla junto a un grupo de chicos, eran motocicletas hermosas. A mi padre les encantaban y me enseñó todo lo que sabía de ellas.

- Zac, José, vean – Sonreí caminando, pero José me detuvo

- No te acerques a menos que quieras regresar hasta sin ropa – Dijo, fue lo primero que me había dicho en ingles y su pronunciación no era tan mala. Pero me solté y sonreí caminando hacia los chicos

- Hola – Les sonreí tomando la atención de todo el grupo, pero nadie contesto - ¿Es una honda? Es muy bonita

- Si, pana, me costó un ojo de la cara. ¿Tú sabes de motos? – Dijo el grandote. Yo asentí con una gran sonrisa

- A mi padre les encantaban, tenía una ducati

Empecé a hablar con ellos, mientras Jorge hacía quién sabe qué.

  Incluso Manolo, el grandote, dejó que manejara su moto unos minutos dentro del estacionamiento, eran geniales. No sabía porque todos me miraban confundidos, es decir sabía que podía ser peligroso acercarse a un grupo de muchachos que manejan motos, pero estos se veían inofensivos.

Bueno, Manolo no. Manolo era muy grande.

- Eh, Abby, ya es hora de irnos – Avisó Zac acercándose un poco

- Epa, chamito burda e' sifrino es lo que te pintas – Rió Manolo seguido por su grupo – Nos vemos chamita, eres pana – Se despidió manolo mientras me alejaba con los chicos

- Ha sido genial, tengo que rentar una de esas motos

- ¿Estás loca, verdad? Te acabas de arriesgar con Manolo y su gente. Realmente podrías estar regresando sin tu ropa a tú casa – Dijo José nuevamente en inglés

- No sabía que hablabas inglés – Sonreí mientras subíamos al metro

- Un poco, no lo sé

  Luego dimos un par de vueltas más conociendo la ciudad de noche. Incluso entramos a "Cines unidos" para ver una película que al menos Zac no entendió porque estaba en español, y finalmente llegamos al departamento. Zac me había regañado todo el camino diciendo que era peligroso y que no estuviera socializando tan libremente con todos y que me fije con quién hablaba y yo no hacía más que ignorarlo.

  Me quité el maquillaje y me puse el pijama, para luego acostarme y empezar a pasar las fotos que había en mi cámara a mi laptop. 

Nunca me DejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora