Saludaba amablemente a cada empresario que mi padre me presentaba, siempre con una sonrisa en el rostro y un asentimiento de cabeza. No eran de mi agrado las cenas de negocios, sin embargo era mi responsabilidad asistir a ellas, más cuando mi padre siendo mundialmente reconocido pretendía que en un futuro—no tan lejano—yo encabezara su empresa.
Música clásica se desprendía de los altavoces, y las parejas la disfrutaban moviéndose de un lado al otro al centro del salón. Mi vista se posó más allá de ellas, en una chica.
Sentada en una mesa decorada por un blanco y fino mantel, se encontraba ella, solitaria. Mantenía las piernas cruzadas y sus manos descansaban sobre su regazo, su dorada y extensa cabellera caía sobre sus hombros con leves ondas y su mirada viajaba de un lado al otro de la habitación. Podía asegurar que era la mujer más bella que había visto, las ganas de avanzar y dirigirle la palabra fueron inmensas.
Una mirada de su parte hizo que mi corazón latiera a un pulso considerado, mucho mas rápido de lo normal. Sus ojos eran azules, e irradiaban inocencia. Sonrió delicadamente sin despegar los labios luego quitó de mí su mirada, y se paró para marcharse. No contuve más la tentación y me moví de mi lugar con la clara intención de seguirla, y de que me diera la satisfacción-al menos-de saber su nombre.
Sus pasos se desviaron hacia afuera del gran salón, hasta dar al jardín que era envuelto por un dulce aroma a flores. No tardé en distinguirla sentada sobre una banca debajo de un enorme rosal. Una brisa corría y jugaba con sus cabellos mesiendolos de un lado al otro. Me detuve cerca de ella y di un leve carraspeo.
Giró a un lado su rotro, y frunció levemente el ceño antes de regalarme una sonrisa.
—Harry, Harry Styles—me presenté sin saber que mas hacer.
—Se acerca de ti, Harry—Hablo dulcemente, y mi nombre en sus labios sonaba tan bien—Aubrey, un gusto—tendió su mano.
Delicadamente tomé su mano y deposié un beso, antes de sentarme a su lado.
Le pregunté acerca de cómo sabía de mí, y no dijo más de lo que estoy acostumbrado a escuchar. El apellido Styles era bastante reconocido en el país gracias a los negocios que mi padre llevaba adelante en la empresa.
Entablamos una conversación de horas, no podía dejar de admirarla cada vez que reía o acomodaba hacia atrás su cabello, no podía retener las ganas de hacerlo por mí mismo. Jamás me había sentido de aquel modo frente a una mujer.
—¿Quieres bailar?—Pregunté de repente cuando escuche una nueva canción sonar y provenir desde dentro del salón. Ella contuvo la risa y miro hacia atrás, noté en su mirada la vacilación por unos instantes, pero acabó asentiendo levemente con la cabeza.
Me paré y le tendí la mano, sentí su cálido tacto sobre el mío y lleve mi otra mano hacia debajo de su espalda para acercarla a mi cuerpo. Bajó unos segundos la mirada antes de volverá a clavar en la mía, y colocó su mano sobre mi hombro. Compartíamos una cercanía que se me hacia difícil de mantener, sabía que en cualquier momento perdería la razón y la caballerosidad.
Nos movimos de un lado al otro al compás de la melodía.
Luego de unos minutos recostó sobre mi hombro su cabeza y llevo sus brazos hasta detrás de mi nuca, mi mano-que habia estado sosteniendo la suya- fue a parar a su espalda baja, justo donde se encontraba la otra.
No la conocía, no me conocía sin embargo estaba compartiendo un momento que era más placentero que cualquier otro junto a una conocida. Tal vez había sido su sonrisa, o su voz, su mirada o la manera en que jugaba con su cabello lo que me había envuelto de tan desquiciada y descabellada manera en menos de una hora.
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She's gone {harry styles}
RastgeleDebí suponer antes que ella formaba parte de lo irreal. Las señales estuvieron siempre allí, solo que estaba demasiado embelesado como para verlo. Para cuando me dí cuenta ya era demasiado tarde, porque no había forma alguna de remediarlo. Y lo má...