Capítulo 25

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Capítulo 25. [1.2]

Abrí los ojos. El ruidoso sonido de un par de pisadas subiendo la escalera hicieron que  despertara por completo de mi cómoda siesta que apenas hace menos de 5 segundos disfrutaba.

No quería levantarme; no ahora; no hoy.
No sabiendo que del otro lado de mi puerta está el chico con quien pasare dos semanas atada a él.

"No toda la vida podrás estar así, ____. Tienen que hablarse y, ¿Porque no divertirse?. . . y no de la forma en que estás pensando, si no que me refiero a . . ."

Las palabras de Tay volvieron a mi mente después de tratar de olvidar la larga lección que me dio.
La mayoría del tiempo me la he pasado reflexionando sobre las ventajas y desventajas que traería mantener una relación amistosa -dentro de lo que  cabe- con Harry.

Pienso que todo depende de cómo se comporte conmigo... o como yo me comporte con él.
El sonido quedo de la puerta de mi cuarto abriéndose me distrajo por  un instante.

-! Levanté, _____¡ -Grito Harry acercándose a mi cama- !recuerda que  tenemos que ir a la escuela!

Me quedé inerte sobre mi colchón, simulado estar dormida.
Sentí. Las manos de Harry sacudir un poco mi cuerpo.

-Despierta, ya.

-! Ya voy! -grite con sueño mientras me frotaba la cara con mis manos.
Me senté en menos de 2 segundos mientras me le quedaba viendo con flojera.

-Muévete que me haré viejo esperándote aquí. -dijo cruzándose de brazos frente de mí.

-Pues sal de mi cuarto.

-No lo haré -Sonrió como si fuera un vencedor.

-! No me cambiare frente de ti! -me levanté y camine hasta comenzar a empujarlo poco a poco.

-Claro que puedes –oí una risita.

-Sí puedo pero NO quiero.

Le di un último empujón hasta dejarlo del otro lado del umbral.

-Ahora sí me permites necesito privacidad.

Cerré la puerta -no de mala forma-

-! Te espero abajo en 10! -grito del otro lado.

Haciendo caso omiso de la advertencia de Harry me  tarde  el tiempo que suelo utilizar todas las mañanas para prepararme e ir a la escuela, hasta música puse.

Después de 15 minutos bajaba ruidosamente las escaleras de madera. Desde que salí de mi cuarto me había percatado que olía a café y lo que parecía ser huevo con beicon.  

Al entrar en la cocina Harry estaba de espaldas hacia mí mientras parecía estar concentrado en lo que hacía con la estufa.

-¿Qué es lo que tanto hacen las chicas en sus cuartos? –se preguntó.

-Arreglarnos –respondí mientras tomaba un taburete de la mesa que estaba en medio de la cocina.

-Yo creo que con que se pongan unos pantalones y una playera están listas –dijo moviendo el huevo en  el sartén.

-Pues eso suena sencillo para ustedes –dije  caminando hacia el estante de platos- que  aunque vistan la misma ropa por 3 días seguidos y sin bañarse siguen creyendo verse ‘genial’ –me estire para alcanzar dos platos y dos tazas. Luego me acerque  a donde Harry- ¿Qué cocinas?

-Algo de huevo y espero que te guste el beicon –dijo viéndome de reojo.

-Solo quiero una tirita, no es mucho de mi agrado –fruncí el ceño.

¿Y dónde quedó el Nerd?|Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora