Duele

9 0 1
                                    

Puedo sentir como todo cae, como mi felicidad se derrumba.
Puedo sentir como mis lágrimas no me dejan ver, aunque no allá nada para ver. Más que mi dolor reflejado en mi rostro.
Todos pasan por mi lado Cómo si yo estuviera bien, todos sonríen cómplices de la felicidad y yo... yo simplemente sufro, sufro por mi estupidez.

¿Por que lastime a la persona que más amo?

¿Por que soy así?

Siento un dolor en mi pecho, por el miedo y la angustia, de no volver a verle, de no volver a hablarle. De que el ya no me ame.
Tomó mi cabello y tiro de el para arrancarlo, ahogo un grito y las lágrimas caen con dolor.

-Te amo - Pronunció entre cortado y cierro los ojos con fuerza dejando caer más lágrimas.

Golpeó el suelo, me levanto y tiro todo lo que encuentre en el baño y por ultimo me miró en el espejo -Eres una estúpida - Apretó la mandíbula con fuerza -¡Eres una estúpida! - Y mi puño se estrella contra el espejo trizandose por el impacto.

Escucho el sonido de un mensaje llegar a mi celular, me volteo para verlo tirado en el suelo y me lanzo a por el.

Mi corazón se rompe y las lágrimas brotan con mucha más fuerza, cierro los ojos y abro su mensaje.

"Te amo... pero no puedo creer que lo hayas echo otra vez. Tomemonos un tiempo"

Grito, grito con tanta fuerza que mi garganta quema como el infierno, me dolía el alma, me dolía todo, quería morir, el siempre fue todo para mi y como una hija de puta lo arruine por segunda vez, lance mi celular contra la pared de la ducha y vi como se abría por todos lados.

Escuche a lo lejos pasos correr al baño y yo simplemente me incline hacia adelante para seguir llorando por mi error.

-Sam, ¿cariño estas bien? -Negué con la cabeza sin que pudiera verme. La puerta seguía cerrada -Voy a entrar Sam.

-¡No! Déjame sola Hall - Me incorpore para caminar hacia uno de los cajones del mueble y tome entre mis manos una hermosas tijeras rojas. Rojas como el color de la sangre, roja como mi color favorito.

-¡Abre la puerta Sam! - Grito Hall al ver que su intento por abrir la puerta fue fallido ya que esta tenía seguro. - ¡Sam abre Por favor!

Camine nuevamente hacia el espejo todo roto, pero aun así podía verme en el. Sujete las tijeras con las dos manos y las apreté con fuerza, mientras la observaba.
Subi mi mirada al espejo, agarre las tijeras con la mano derecha y con la otra tome un mechón de mi larga melena negra para cortar.

Las lágrimas caían mientras mi cabello era cortado, cada cortada era como un puñal en mi corazón.

El amaba mi cabello y yo lo cortaba con todo mi dolor.

De mi boca salió un grito de guerra y al terminar de cortar abrí las patas de la tijera y corte mi muñeca, una y otra vez, dejando salir el rojo sangre.

Caí arrodillada al suelo.

Y luego me deje caer completamente.

-Ayúdame, arreglame...

No me sueltes...

Relatos Cortos..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora