El sol brilla, todo era tan tranquilo y reluciente, los pájaros hacían su melodía de tal manera que mi cuerpo se relajaba. Me acomode en el tronco del árbol y miraba todo el paisaje con una sonrisa, me sentía libre, llena.
Vi como un conejo pasaba saltando a unos metros de mi, era blanco y pomposo, muy hermoso. Se detuvo y volvió su mirada a mi, le sonreí. De a poco se acercó hacia mi, pude notar como su mirada iba cambiando, uní mis rodillas a mi pecho en un acto de escudo. El conejo quedó cara a cara conmigo.
Sus ojos eran rojo, rojos malvados, rojo sangre. Tenía una sonrisa maléfica, una que te llevaba al mismísimo infierno.
El resto de los animales de fueron acercando, haciendo un círculo a nuestro alrededor. Volví mi mirada al conejo y este abrió la boca mostrando dientes en punta, se lanzó sobre mi y los dos caímos en un pozo oscuro e infinito.Abrí mis ojos horrorizada, mi respiración era agitada, lágrimas caían por mis mejillas, observe todo a mi alrededor, los peluches de animales de encontraban en sus repisas. Mire al conejo y grité, grité molesta, con odio e impotencia.
Mire por la ventana observe como el sol trasladaba por los barrotes, golpee la cama, odiaba mi vida, sólo quería morir.Baje de la cama y camine hacia el endemoniado conejo y lo Di vuelta, mirando hacia la pared, como muchos de otros peluches, sorbie mi nariz y mire mi tobillo, otra vez me habian encadenado, tire de este intentando soltarme, actos completamente inútiles, caí al suelo y golpee el piso.
-¡Sueltame! ¡Déjame ir! - Gritaba y golpeaba el suelo de madera. Tomé las cosas que se encontraban en la cama y las lance lejos, me levanté del suelo y comencé a tirar todo, cuadros, muñecos, ropa...
Me senté en el suelo colocando mis rodillas contra mi pecho, lágrimas saladas seguían mojando mi rostro.A lo lejos escuche pasos apurados que subían por las escaleras, mi respiración a volvió más agitada, este iba a ser mi estúpido final.
La puerta de abrió, y mi mirada subió a él, sus ojos eran oscuros, mostraban frialdad, maldad, sus fracciones eran duras. Estaba enojado, yo lo había enojado y ahora iba a pagar las consecuencias.
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Relatos Cortos..
Short StoryDel amor al odio hay un solo paso. Como también de la felicidad al dolor. Es triste llorar mientras todos ríen, llorar sin saber la razón de por que lo haces. Tristeza, es no esperar nada, es saber que no puedes buscar, es estar solo en compañí...