No importa lo que haga, no hay manera de cambiar el destino que uno ya tiene escrito desde que nace.
¿Quién era él? Al principio no lo sabía, tampoco me interesaba. Pero como dije, solo era al principio.
Como cada noche de verano, subía al techo de mi casa a ver las estrellas y a esperar que pasara una estrella fugas o ver un satélite moverse. Hacerlo era algo que me encantaba y mucho mas cuando un poco de viento movía las hojas de los arboles y con ellas mi cabello negro.
Me acomode en el frió tejado de mi casa, y apoye mi cabeza en mis brazos, el frió traspaso mis finas prendas haciendo que un escalofrió moviera mi cuerpo como una oruga.
Los minutos pasaban, otro día en el cual lo único que mis ojos veían eran "Las tres marías" y "La osa mayor" suspire. Y de apoco fui colocándome de lado como un bebe, tenia sueño pero aun así llevaba una semana sin ver una estrella fugas y faltaba poco para la "Luna azul" Mis ojos verdes de apoco fueron serrándose inconscientemente mi cuerpo se relajo y mis ojos se cerraron envolviendome en la oscuridad de mis sueños.
Esperaba no volverme a caer...
-¡Oye! Despierta – Mis ojos se abrieron de golpe al sentir agua escurrirse por mi rostro, al abrirlos me encontré con unos ojos avellana que se achinaban al sonreír. Rápidamente me senté, observe todo a mi alrededor, aun era de noche y pude darme cuenta que no era el techo de mi casa.
-¿Quién eres tu? – Lo mire sospechosamente, para luego darme cuenta que estaba desnudo de la cintura hacia arriba. El carraspeo buscando que mi atención fuera hacia su rosto y no su trabajado cuerpo moreno.
-Pues lo mismo tendría que preguntarte yo, simplemente levántate y ve a tu terreno, por tu culpa me estoy perdiendo la luna azul. – Al escuchar sus ultima tres palabras mis mirada viajo por el cielo buscándola, cuando la vi, creo que mi rostro reflejaba sorpresa.
-Es hermosa – Susurre fascinada con la belleza que mis ojos observaban, veía cada parte de ella, contemplaba cada fragmento de si. Su brillo era magnifico y no me importaba nada mas que verla, siempre sentí que era parte del radiante satélite natural y ahora el poder era mucho mas.
-Aja... - Salte en mi lugar al escucharlo susurrar y me gire hacia el.
Mis ojos se posaron en la mitad de su rostro, que era lo que mas resaltaba a causa del brillo de la luna.
Sabia que jamas me iba a olvidar de eso, ni aunque me tirara del edificio mas alto y mi cerebro se haga añilcos contra el suelo. Su quijada era dura, su nariz respingona, su pelo negro, labios normales pero interesantemente rosados, alguien completamente hermoso.- ¿Tu no crees que es hermosa? – Su mirada hacia mi bella luna era extraña, como si estuviera hablando con ella pero era como si no le interesara su presencia en el cielo. Algo extraño, que me molestaba, porque entonces ¿Qué hacia aquí si no quería verla?.
- Si creo que es hermosa pero no me interesa – Se giro de apoco hacia mi, sus ojos nuevamente se cruzaron conmigo, ante su mirada me sentía muy incomoda, diminuta. Trague en seco, de apoco la cabeza me comenzó a doler y así lleve mi mano hacia la puntada de dolor. – Creo que es hora de que te vallas – Lo mire extrañada, y sentí un golpe muy fuerte detrás de mi cabeza, de a poco deje de ver sus ojos, aun así, quedarían latentes en mi memoria.
Cuando abrí mis ojos, la luz del sol pegaba fuerte en mi rostro, así que decidí cerrarlos y girarme. Al volverlos a abrir pude ver las paredes de la habitación llena de posters de bandas y músicos. Y mi favorita "Harry Styles" semi desnudo y con la palabra "Censurado" en sus abdominales, sonreí de lado y le guiñe un ojo.
De apoco me levante de mi cama, por que, si, era mi habitación, la reconocería a millas.
Al sentir una punzada en la parte baja de mi cabeza recordé lo de anoche, todo paso como un flash. Como me quede dormida en el tejado de mi casa y posiblemente me caí en el techo de los Anderson, como mas de mil veces me había pasado. Para después despertarme de golpe y encontrarme con ese... ese EL de mis libros, ese EL que jamas olvidaría, alguien tan extraño y sexy que me dejaba sin aliento, su mirada pesada, como si quisiera hacerte arder en el infierno. Y luego su oración "Creo que es hora de que te vallas" y de la nada un golpe extraño que me dejo inconsciente y al despertar termine aquí.

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Relatos Cortos..
Short StoryDel amor al odio hay un solo paso. Como también de la felicidad al dolor. Es triste llorar mientras todos ríen, llorar sin saber la razón de por que lo haces. Tristeza, es no esperar nada, es saber que no puedes buscar, es estar solo en compañí...