-¡No lo puedo creer!
Un gran sonido me despertó, haciendo que mi cabeza saliera disparada directo a un golpe en la base de mi cama.
Cuando me sentía demasiado cansada, asustada o estresada solía dormir en mi escondite; un espacio que había llenado de almohadas y series de luces debajo de mi cama. Me ayudaba a dormir porque me sentía segura.
-¡Demonios!-maldije mientras me sobaba la cara.
Decidí bajar para saber la causa de tanto alboroto. Salí de mi guarida, me puse mis pantuflas y bajé tallandome los ojos.
Cuando escuché una voz conocida quedé paralizada en mi lugar, levanté la mirada y vi a mis padres y hermana abrazando a Ian.
Mis ojos se cristalizaron cuando me miró y sonrió.
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-Pon esto por acá. Y la ballena tiene que ir en la parte de arriba.
-¿Ivy?
Giré para encontrar a Kelsey buscándome por todos lados.
-Acá.-levanté mi mano.
El gimnasio estaba lleno de personas acomodando sus carros alegóricos y haciendo los últimos detalles para el desfile.
-Aquí estás. Vi a tu hermano hace rato, me alegró mucho volver a verlo.-sonrió.
-Lo sé.-le guiñe el ojo-¿Trajiste lo que te pedí?
-Claro que lo traje. Te conseguí el más bonito que jamás haya visto.
-Gracias, te debo una. ¿Quieres ir a comer después de mi ensayo?.-la miré.
-Me encantaría, pero tengo que ir por los trajes que usaremos hoy. De igual forma nos vemos aquí para el desfile.-me dio un abrazo mientras desaparecía entre las personas.
El timbre sonó, por lo que debíamos ir a nuestras siguientes actividades. Tomé mi mochila y salí directo a los vestidores, tenía entrenamiento a esa hora.
-Hola, Ivy.-saludó mi amiga Claire.
-Hola, Clay. Lamento no haberte llamado ayer, pero tuve que practicar para la obra.
-Sabes que no debes preocuparte. Y, ¿Kels?.-preguntó.
-Ya sabes que ella no es capaz de mantenerse quieta. Dijo que tenía que hacer un par de cosas de las porristas.
-Y, ¿cómo está la ballena?.-dijo refiriéndose a nuestra obra de arte.
-Bella, como siempre.
Reímos juntas. Comencé a sacar mis cosas para poder cambiarme, pero por alguna razón no encontraba mi traje por ningún lado. Busqué en mi mochila y en mi casillero sin suerte alguna.
-No puede ser.
-¿Ocurre algo?.-Clay me miró.
-Olvidé mi traje en la casa.-dije mientras me recargaba en el casillero.
-Pero tienes otro traje ahí guardado; el que compraste hace un par de días con Kelsey.
-¿El de la franja transparente?.-asintió.-Ni loca.
-Y, ¿qué harás entonces?
-Supongo que no podré nadar hoy.-dije.-No puedes hacer eso, Ivy. Son los últimos días que tenemos para entrenar antes de la competencia.
Por supuesto, lo había olvidado.
-Supongo que no tengo otra opción, ¿cierto?.
Tomé la prenda de la bolsa dentro de mi caja y me la puse en el hombro.
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Salí de los vestidores envuelta en mi bata sin emoción por quitármela. Si hubiera traído mi traje hasta sin bata hubiera salido.
-¿Qué ocurre, Jones?-gritó el idiota de Michael.-¿Vas a nadar como tu abuela?
Todos rieron ante el comentario.
-¿Qué, Thompson? ¿No tienes suspensiones a las que asistir?.-contestó la entrenadora Smith.
Michael carraspeo y decidió quedarse callado.
-Así que.-continuó la entrenadora.-hoy no van a pasar tanto tiempo en el agua pececillos. Practicarán sus clavados.
De ninguna manera.
-Jones, la bata. ¡A sus posiciones!
-Entrenadora, ¿usted cree que podría entrenar mi brazada?.-pregunté esperanzada.
-Es una broma, ¿cierto?. Tú menos que nadie necesita practicar la brazada. Así que: ¡bata afuera!
Me miró y sonó su silbato. Estoy muerta.
Sin ganas me acerqué al banquillo, desaté el cordón y me la quité.
Giré a la dirección donde se encontraban los chicos lanzándole una mirada de advertencia para que no dijeran nada. Miré a Justin, me miraba con una ceja enarcada y una sonrisa pícara. Rodé los ojos.
-Vaya, te queda perfecto.-comentó Clay.
-Ni me digas. Que vergüenza.-tapé mis ojos con mis manos.
-Pues a Justin no le da mucha. Si vieras como te mira ahora.-bromeó.
Me burlé.-Qué graciosa.-dije mientras estiraba.
-Sólo miralo.
Ella no iba a descansar hasta que lo hiciera.
Giré pero choque con un cuello, miré unos centímetros más arriba para lograr ver esos ojos miel.
-Cuando creía que nada más me sorprendería llegas tú y lo arruinas, Jones.-dijo Justin.
-Oh, cállate, Bieber.
-No estarás molesta aún por lo de ayer, ¿ó si?.-me mantuvo la mirada.
-Molesta, no. Siempre puedo hacerlo yo sola.-me defendí.
-Pues no tendrás porque estar sola ahí. Lo haré.
-¿Qué?.-lo miré sorprendida.
-No lo volveré a decir.-sonrió.
-Ni yo te lo volvería a pedir.
Me puse los googles, le saqué la lengua y salté al agua.
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CROWL | Justin Bieber
FanfictionCreer conocer a una persona, por un largo periodo de tiempo, no siempre puede significar saber absolutamente todo sobre ella. Obviamente, todos tenemos secretos, secretos que probablemente no tú mismo sabes que tienes. Pero de eso se trata, ¿cierto...