CROWL | Justin Bieber

Capítulo 7.

El golpe en la mesa me hizo despertar. Brincando hacia atrás en la silla me estremecí mientras recuperaba el equilibrio.

-Parece que tienes demasiado sueño.-Kelsey puso un vaso de café a un lado de mi libro.

No podía creer que había soñado con Justin. Pero tampoco creo poder soportar la intriga de saber sí mi sueño tiene algo de realidad.

-Bueno, considerando que sólo dormí 4 horas ésta noche, podría decirse que un poco.-Murmuré mientras daba un sorbo a mi café.

-Y, ¿se puede saber el porque?.-me miró con las cejas levantadas.

-Tuve una cita con mi piano hasta las 2 de la mañana. Fue algo intenso.-sonreí pícaramente.

Kelsey rodó los ojos.

-Ivy, juro por dios que algún día terminarás casandote con ese bendito piano tuyo.

-Creéme, amiga. Sí pudiera, ya estaría hecho.-amaba molestar a ésta chica.

-¡No tienes remedio!-gritó.

Varios chicos que de encontraban también en la biblioteca nos miraron extrañados mientras que nos ganábamos una mirada severa de la bivliotecaria.

-Señoritas.-susurró.

-Lo siento.-articulé, mientras fruncía mis labios.

Moviendo mis ojos hacia mi amiga, comencé a escribir esperando que ella hiciera lo mismo.

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Pasamos un par de horas terminando deberes y adelantando otros hasta que nuestro estómago los obligó a ir a cazar algo de comida.

Como era algo tarde y nosotras prácticamente vivíamos ahí nos colamos en la cocina para poder pedirle a Jessie, nuestra nana cocinera, nos consintiera un poco.

Cómo cualquier otro día, Jessie fue demasiado generosa al darnos comida hasta para llevar.

Regresamos a la biblioteca por nuestras cosas y tomamos caminos diferentes para ir a nuestras respectivas actividades.

Eran las 3:45 pero tenía práctica a las 4:30 por lo tanto tenía que ir a descansar para que la comida se me bajara. Caminé tranquilamente por los silenciosos pasillos de la escuela mientras tarareaba una canción que escuchaba en mi iPod.

Giré en el pasillo próximo cercano al gimnasio mientras logré ver a Justin entrar a la sala de música.

Sin querer perderme el espectáculo que habría salí corriendo detrás de él, cuidando de no hacer tanto ruido.

Había dejado la puerta abierta. Genial. Baje mi bolsa y me recargue en el marco de la puerta mientras lo veía de espaldas sentado en el banquillo del piano.

Ver tocar a Justin el piano siempre había sido algo tan hermoso para mí por la manera en la que él se entregaba a la música. Cuando el cerraba los ojos mientras tocaba significaba que disfrutaba lo que hacia, justo como en éste momento.

Tocaba aquella canción que compuso cuando tenía 12 años; "Common Denomminator".

Momentos después me encontraba tarareando la canción. Gran error.

-¿Qué no te han dicho que espiar es de mala educación, Ivy?-dijo mientras permanecía sentado.

Me sorprendió que esta vez no me haya llamado por mi apellido.