Capítulo 7: Los silenciadores

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La aparté unos segundos de mí para poder verla a detalle, era como si quisiera asegurarme de que fuera real lo que estaba viviendo.

-Eliza -me dijo, volvió a abrazarme y tardé unos segundos en devolverle el abrazo, no podía creerlo si era ella.

-I..Isabella -la abracé tan fuerte, la alcé y comenzamos a dar vueltas y vueltas de felicidad -Isabella ERES TÚ -grité emocionada.

-Te he visto entrar, intenté seguirte pero entraste al edificio -me dijo mientras comenzaba a llorar -tú no volviste a casa y yo... yo pensé que no iba a verte de nuevo -

-Yo pensé que no volvería a verte -contesté y las lágrimas salieron sin permiso alguno, sentía como Isabella temblaba en mis brazos, al tenerla ya no me sentía vacía, ya no.

-Vamos, te tengo que llevar con mamá -sujetó mi mano y comenzó a correr en medio de toda la gente, entró a una de las casas -quédate aquí -me dijo para acto seguido subir las escaleras.

Escuchaba como mi madre hablaba con ella preguntándole que era lo que tenía que mostrarle, bajó las escaleras y cuando me vio parecía que había visto un fantasma, se quedó quieta y muda.

-Madre -me acerqué a ella y la abracé tan fuerte -madre he vuelto -le dije como niña chiquita fundida en sus brazos. Mi madre comenzó a llorar y tocaba mi cara de una manera desesperada como si quisiera asegurarse de que todo esté en su lugar -tranquila madre aún tengo los dos ojos -le dije en forma de broma.

-Mi niña, mi adorada niña estás viva -era la primera vez después de todo esto que escuchaba a mi madre tan feliz.

-Claro que lo estoy madre -dije separándome de sus brazos y subiendo las escaleras -¿papá está arriba? quiero que vea que estoy bien -le dije, las sonrisas que tenían en sus rostros desaparecieron en cuestión de segundos.

-Ven Eliza siéntate, vamos a hablar -dijo mi madre, al escuchar sus palabras sentí como si me pasara un trailer encima del pecho.

-Vamos dime que no es lo que estoy pensando -dije tratando de encontrar en su mirada un alivio, pero fallé.

-El día en que te marchaste y no volviste....–comenzó a hablar -nos preocupamos demasiado, tu padre fue a buscarte al bosque y no te encontró, pensó que llegarías y volvió a casa pero tú jamás llegaste, entonces al día siguiente empacamos las cosas y salimos en tu búsqueda, nos alejamos del refugio y mientras manejaba pudimos ver a lo lejos que habían muchos hombres en motocicletas, no tenían buena pinta, tu padre salió del automóvil y me pidió que saliera y me escondiera junto con Isabella –mi madre comenzó a llorar desesperadamente –entonces los hombres se acercaron y él intentó hablar pero uno de ellos le golpeó en la cabeza con un arma, tu padre cayó al suelo y se lo llevaron.

-Mamá yo..... -sentía como me dolía el pecho, era un dolor indescriptible, me costaba respirar y comencé a aflojar el cuello de mi camisa, mi madre me abrazó mientras lloraba –¿entonces él está...? –pregunté.

-No lo sé Eliza, no sé porque los hombres se lo llevaron, uno de ellos nos vio, Isabella y yo corrimos lo más que pudimos pero gracias a Dios Tara nos encontró y nos ofreció ayuda, así es como llegamos hasta aquí -dijo mientras intentaba sonreír.

-Iré ahora mismo a agradecerle –le dije, me paré enseguida y me dirigí a la puerta.

-¿Ahora mismo? -me preguntó extrañada.

-Si, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy -dije mientras salía de la casa.

Comencé a correr lo más rápido que podía, obviamente no iba en ese momento a agradecerle a Tara, iba en busca de alguien más.

Abrí la puerta de la habitación en donde se encontraba y la vi sentada leyendo un libro.

-Tenemos que hablar –le dije un poco agitada.

-¿Qué pasa? –me dijo Rosita preocupada.

-Encontré a mi familia, están aquí –

-¿Tú familia está aquí? –contestó asombrada y con una sonrisa –mira que las cosas pintan bien para ti rubia, pero que suerte tienes –me dijo felizmente.

-No tengo tiempo para eso –dije seriamente mientras me acercaba a ella -¿Qué sabes del grupo de hombres de la carretera? –pregunté

-¿Grupo de hombres? -

-Vamos no me digas que no sabes que no te creo nada –contesté alzando la voz, el corazón me latía tan rápido y fuerte que podía escucharlo.

-Tranquila rubia, siéntate –me tomó del brazo y yo la aparté bruscamente.

-¡ELLOS TIENEN A MI PADRE! –grité desesperadamente.

-Bien, si no te tranquilizas no voy a decirte ni una jodida mierda ¿entendido? Ahora siéntate –me ordenó.

-Mi padre... mi padre está con ellos –dije llevándome las manos a la cara y comenzando a llorar.

-Y mi hermano también –me dijo.

Alcé la cara para mirarla y seguía seria y firme ¿cómo es posible que me diga que su hermano estaba secuestrado y actuara tan normal como si nada pasara?

-¿Qué? –respondí asombrada -¿y no haces ni una puta mierda para salvarlo? –le dije enfurecida.

Puso las manos sobre el escritorio y me miró –Perdiendo la cabeza y llorando como niñita no me devolverá a mi hermano – se paró y camino en dirección a la ventana –Eliza hay que ser inteligentes, los silenciadores no son personas débiles, ellos son fuertes tienen armas y sobretodo tienen mucha gente – dijo mientras miraba a través de la ventana.

-¿Los silenciadores? –me paré y caminé hacia ella.

-Los silenciadores son un grupo de bandidos, ellos reclutan gente para unírseles a algunos los matan a las mujeres las violan pero no a todas porque también hay mujeres manejando el grupo, roban suministros, armas y vehículos y todo aquel que se les enfrente termina muerto – se volteó para mirarme –Son demasiados Eliza –dijo y pude ver tristeza en su mirada.

-Tenemos que hacer algo –dije tratando de ignorar todas las cosas que había escuchado de ellos.

-Lo haremos, creo que ya estás lista para las rutas "excitantes" –me dijo sonriendo discretamente –al igual que los silenciadores yo igual busco gente, gente fuerte que pueda ayudarme a acabar con esos malditos hijos de puta –dijo con tanto odio.

-¿A eso te referías con rutas excitantes? –pregunté.

Ella asintió y se dirigió hacia los libros, abrió uno de ellos y sacó un mapa.

-¿Ves estas líneas marcadas en rojo? -señaló el mapa -son las rutas que suelen frecuentar –dijo sin quitar la vista del mapa –tengo gente vigilando en esas zonas –me miró a los ojos seriamente –si vas a hacer esto tienes que ser muy cautelosa, ellos no pueden saber que estás allí si no te matarán –dijo

-Seré lo más cautelosa –dije asintiendo con la cabeza.

-¿Entonces estás lista para las rutas excitantes? –preguntó

-Te dije que rapidez es una de mis habilidades –

La miré con firmeza para que viera que estaba decidida, era la vida de mi padre la que estaba en juego y si tenía que dar la vida lo haría pero estaba decidida en traer a mi padre a como diera lugar.

-Estoy lista -afirmé

*****¡Hola chicos! bueno antes que nada quiero agradecerles a todos aquellos que siguen leyendo el fic, es la primera vez que escribo y espero estar haciéndolo bien y si no pues mejorar. Quiero comentarles que este capítulo (aunque se vea un poco aburrido) es clave y fundamental en la historia, para los que ven TWD ya se imaginarán en quien me inspiré (no quiero hacerles spoilers pero..) desde este momento verán a una nueva Eliza (ya verán a lo que me refiero). Espero que hayan disfrutado de estos siete capítulos llenos de sentimentalismo al igual que un poco de acción zombie y estén listos para otra clase de "acción"🙊😏  jajaja, Saludos***** 

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