Capítulo 9: Alicia

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-Corre corre corre -era lo único que pensaba, pude escapar de los vivos pero los muertos estaban deseosos de mí.

Estaba inmersa en la oscuridad, me tenían rodeada eran demasiados yo...yo no tenía oportunidad, ellos me tocaban y el sonido que producían el impacto de sus dientes me estremecía, me aterraba...

-Alicia -

Alguien gritaba, ¿de dónde provenía aquella voz? volvía a mirarlos, ellos.. ellos estaban encima de mí.

-Vamos Alicia -

Buscaba como loca pero no encontraba nada de pronto un infectado me agarró de los brazos y grité desesperadamente.

-¡Alicia despierta! -gritó, abrí los ojos y ella estaba enfrente de mí sujetándome de los brazos -tranquila, ha sido solamente una pesadilla -llevó sus manos a mi cara mientras me miraba firmemente con sus ojos azules.

Aparté la mirada y me puse de pie intentando caminar y tomar algo de aire, gotas de sudor caían de mi frente, todo había sido tan real ellos, el ambiente todo absolutamente todo.

-Mira que me has asustado que bueno que no estaba dormida porque seguro me hubieran dado unos tres paros cardíacos, dos convulsiones y un soplo al corazón del susto -comenzó a reír.

-Lo siento yo no suelo tener pesadillas -dije mientras me frotaba el cuello, sentía una molestia a lo mejor había dormido en una mala posición.

-Vale no te preocupes pero ¿ya te sientes mejor? -preguntó.

-Si -miré alrededor no se escuchaba nada todo estaba en silencio, la noche comenzaba a llegar y teníamos que buscar con urgencia un refugio -¿nos vamos ya? -pregunté.

Me miró con preocupación, jamás en la vida me había gustado que la gente me mirase de tal manera, eso de alguna forma me hacía sentir débil, inferior y desprotegida y no, no lo era, cuando digo que estoy bien es porque realmente lo estoy.

-¿Segura que te encuentras bien? -dijo caminando hacia mí.

-Ya te he dicho que si -respondí algo molesta.

-Uy tranquila "princesa", solo quise cerciorarme de que estuvieras bien además si estás enojada te recuerdo que no fue mi puta idea parar, tú eras la que estaba adormilada yo bien que podía seguir manejando -dijo con un tono alto, era verdad se me había olvidado que yo le había pedido que se detuviera.

-Lo siento -dije, ella tenía razón y creo que yo la había cagado.

Me miró seriamente y paso por delante de mí, recogió su mochila y la metió en uno de los compartimentos que tenía la motocicleta, se subió a ella y la encendió. Su mirada estaba clavada hacia la carretera...

-Lo siento ¿ok?, mira no he tenido unos días tan agradables que se pueda decir y si lo admito aveces me pongo un poco loca pero... ahhh -suspiré -lo siento ¿de acuerdo? -se quedó unos segundos sin decir nada.

Ella sonrió pero no era una de esas sonrisas que te dicen que algo es gracioso no, esa era un sonrisa de enojo, podía notar que la había hecho enfadar.

-"Días agradables" -repitió con un tonito burlón -joder ¿no te has dado cuenta en la mierda que vives? -dijo alzando la voz -Alicia no hay "días agradables" solo días y tienes que aprender a vivir con ello -gritó.

Podía sentir como la sangre se calentaba en mi interior, yo era una persona totalmente temperamental y en ese momento estaba a punto de decirle una sarta de idioteces no por lo que había dicho si no por la forma en que lo dijo pero me contuve, me encontraba sola la noche había llegado y no tenía ningún vehículo, la necesitaba y era obvio que si le contestaba sería capaz de dejarme o al menos eso creía...

Quédate junto a mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora