(Eliza)
-Pff, por supuesto que no me gustan las mujeres -pensé una y otra vez.
Era gracioso que el comentario de Alicia me haya quitado el sueño es decir, obviamente no me gustaban las mujeres e tenido infinidad de novios y las cosas que hacía con ellos no estaban nada mal..
-Nada mal -repetí y me mordí el labio al imaginar todas esas cosas.
Me volteé para mirarla y ella seguía acostada con la cabeza hacia la pared, veía su espalda alargada y pensaba en lo bien que le había quedado mi camisa aunque un poco grande pero se veía bien en ella -Que celos -bromeé y reí sin emitir sonido. Después de un buen rato al fin comencé a sentirme adormilada y si más caí rendida.
Los rayos de sol atravesaron la ventana y es como si mis ojos hubieran sido un imán y los atrajo directo a ellos quemándome por encima.
-¡Joder! -dije, mientras me cubría la cara con las manos, me levanté intentando estirar cada parte de mi cuerpo definitivamente no era el lugar más cómodo en el que haya dormido - Ahhh despierta princesa que es hora de marcharnos -dije con mi voz aún adormilada.
Giré la mirada y me sorprendió tanto lo que vi debo admitir que no me lo esperaba... Alicia no estaba, es como si se me haya bajado el sueño de golpe porque salí tan rápido como pude para ver si estaba afuera pero no, no había nadie a excepción de mí. Me quedé unos segundos pensando en que hacer, si Alicia se marchó fue por algo -no me necesita -pensé.
Recordé mi deber, recordé realmente porque estaba allí y la única razón era mi padre.
-No vine hasta aquí para cuidar a una niñita -me dije a mí misma algo molesta. La verdad me enojaba demasiado la ingratitud de Alicia pero ¿qué esperaba? ¿qué la niña se quedase a hacerme compañía? -No Eliza tú no necesitas compañía -volví a decirme, genial comenzaba a hablar sola.
Comencé a manejar y estaba más que segura que me la iba a topar, era lo más lógico ir hacia adelante que retroceder. La carretera estaba libre de infectados lo que significaba que ella no habría tenido algún problema y de alguna forma eso me aliviaba porque aunque Alicia me haya dejado tirada y aunque lo único que sabía de ella era su nombre no me hubiera gustado que algo malo le pasase. En el poco tiempo que pasé con ella me di cuenta de muchas cosas, es una chica que intenta proyectar una imagen de poder y fuerza a toda costa pero muy al fondo estoy segura que está igual de rota que muchos de nosotros, que le teme a algo y no necesariamente es a los muertos, eso lo podía ver a través de sus dulces ojos verdes que lo único que quería proyectar era seguridad pero estos terminaban traicionándola y su miedo salía a flote, conocí muchas chicas como Alicia a las cuales no las pasaba por ser tan falsas y no ser quienes realmente son pero en ella hay algo más y ese algo es lo que inconscientemente me hace preocuparme.
Sentí como el poco alivio que tenía terminó concretándose cuando la vi caminando muy tranquila alado de la carretera, no pude evitar sonreír y justo cuando pasé a su lado me detuve.
Alicia quedó pálida y muda como si esperara no verme más y justo el tenerme enfrente la había paralizado.
-¿Qué? ¿cómo es que tú...? no entiendo ¿cómo me encontraste? -dijo un tanto nerviosa.
-Dos cosas princesa, uno: Estás caminando de frente obviamente no ibas a retroceder ¿de acuerdo? y Dos: No te estaba buscando, solo sigo mi camino - dije de manera desinteresada, realmente me encantaba esa sensación de cuando tienes la razón y ella lo sabía.
Noté como Alicia comenzaba a ponerse roja de seguro tenía una vergüenza tremenda que no buscaba ni donde meter la cabeza, hizo una mueca y finalmente suspiró.
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Quédate junto a mí.
FanfictionAnte el desate de un virus que arrasa con la ciudad y posiblemente con el mundo entero, Eliza Griffin, una chica de tan sólo 19 años se enfrenta ante una situación que podría cambiar su vida entera, quedarse con los suyos o embarcar un viaje en busc...