Ian y Noah se han convertido en "hermanos" después de que sus padres se conocieran. James, el padre de Ian, perdió a su esposa en un horrible accidente, mientras que la madre de Noah se acababa de divorciar de su esposo frío y controlador; conociénd...
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I a n
Mi nuevo hogar esta entre tus brazos y los míos, cuando se hunden en un abrazo.
Parpadeo varias veces adormilado antes de acostumbrarme a los rayos de luz que se colaban por la ventana. Gruñí molesto levantándome para cerrar las cortinas fallando en el intento debido a que algo me sostenía fuertemente contra la cama y se aferraba a mi cuerpo. Sin entender seguí la silueta de unas piernas, por el torso hasta el rostro de la persona encontrándome con Noah, quien dormía plácidamente. Estaba a punto de comenzar a gritarle que por que se había metido a mi habitación sin permiso cuando las escenas de la noche anterior golpean mi memoria haciéndome acallar y sintiéndome avergonzado.
Cuando regrese a mi casa después de haber estado toda la tarde con Blair, él ya se había vuelto a ir dejándome sin una oportunidad para explicarme. Intenté no desanimarme mucho pensando que esperaría hasta el día siguiente para hablar con él, pero al no poder conciliar el sueño me levante para esperarlo dando como resultado que me quedara dormido en el sillón y siendo despertado por un chillido proveniente de Noah. Lo guié hacia mi habitación para iniciar un beso por mi propia cuenta, lo besé antes de decirle que lo quería escondiendo mi rostro en el hueco de su cuello escuchando como él me respondía de la misma forma.
Al final todo había terminado bien, eso me hacía sentir aliviado.
Nunca había sentido esta sensación cálida sobre el pecho, una sensación cálida y reconfortante apretándome el corazón. Sabía que el causante de todo esto está dormitando a un lado de mí, y aunque todavía seguía teniendo muchas dudas acerca del futuro dejaría que las cosas fluyeran por sí solas.
Verifico que el chico junto a mí siga dormido, observándolo con cierta curiosidad. Se sentía algo prohibido verlo de esa manera tan tranquila con la cabeza recargada abre la almohada y la boca ligeramente abierta. A pesar del calor infernal que hacía se toma la molestia de poner todo su peso sobre mí para no dejarme ir.
Tome su brazo que rodeaba mi pecho percatándome de lo fuerte y pesado que estaba, las venas se marcaban por sus extremidades sin hacer mucho esfuerzo. Trague saliva sintiéndome intimado de repente. Termine por apartar lentamente su brazo dejándolo cuidadosamente sobre su regazo, mientras que deslizaba mis piernas debajo de las suyas liberándome con éxito. Procedo a sentarme en la cama dejando caer mis pies al suelo para levantarme cuando sentí como una mano me tomaba por la muñeca llevándome de vuelta hacia la cama.
-¿Qué haces? -apenas mueve la boca, murmurando entre dientes con los ojos cerrados- Déjame dormir, me duele la cabeza.
-Yo nunca te dije que te emborracharas.
Comienza a reírse parando de golpe mientras se queja con dolor. Parecía que si le dolía la cabeza.
-Duele, mocoso insensible -hace un puchero girándose completamente sobre mí para aferrarse a mi brazo con fuerza, suspire rendido.
