Brendon llegó a casa pero todas las puertas estaban con seguro y no llevaba llaves consigo, por lo que tuvo que esperar sentado en su porche a su madre. Maldita suerte.
Tomó varias piedras de ahí cerca y empezó a lanzarlas contra la puerta del jardín. Estaba aburrido y el morirse no sonaba como una mala idea.
