24. Felicidad.

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-Maddy, despierta, ¿no irás a la escuela hoy?- escuchó decir a alguien en mi oído mientras despierto.

-Hey- le digo a Aida y le sonrío, veo que ella está juntando los vasos y los platos usados anoche-. Espera, ¿qué hora es? 

-Son las seis y media de la mañana, ¿por qué?- me ve y se detiene.

-Porque eso significa que sólo me queda media hora para llegar a la escuela y no creo que me de tiempo de bañarme- digo y me cubro la cara con las manos-, ¿tú ya te bañaste?

-Ya, Maddy, de hecho voy saliendo del baño- sonríe y se va a dejar las cosas a la cocina-, y si quieres puedes bañarte y te llevó a la escuela, ¿entras a las siete?

-Sí, a las siete. Pero, ¿si te da tiempo a ti de llegar a tus clases? ¿Traes auto?

-Claro que sí, preciosa, yo tengo clase hasta las ocho- regresa riéndose-, y si, boba, traigo auto. 

-Bueno, pues supongo que debo de comenzar a apurarme, ¿cierto?

-Ajá, y entre más te tardes, menos llegas. Así que corre.

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-Bueno, llegamos, Maddy- dice Aid mientras se estaciona cerca de la entrada de la escuela-. Entonces, ¿de verdad tienes que entrar a clases?- voltea a verme y se muerde el labio.

-Eh, sí, necesito entrar a clases porque después no tendré justificante, Aid. Además tú también tienes clases hoy- le respondo y tomo mis cosas que están debajo del asiento.

-Sí, pero también podría faltar a clases, Mad, ¿qué dices?- pregunta y levanta las cejas. Intento reprimir una risilla pero no lo logro.

-Aid... no- le digo y me quedo seria.

-Oh, vamos, yo sé que quieres y que estás tentada a irte con está belleza a su departamento a ver películas y comer golosinas como anoche- termina y comienza a reír.

-Ja, ja, vale, sí estoy tentada a hacerlo, pero, Aid...- No me deja terminar la frase debido a que hace un puchero de querer llorar.- Oh, carajo, está bien, vamos a tu departamento a ver películas y comer golosinas- comienzo a reírme y veo por la ventana mientras ella enciende el auto de nuevo. Al ver bien hacia afuera, dejo de reír.

Está Ray parado justamente al lado de la ventanilla viéndonos, cuando me ve mueve la cabeza en forma de negación; a su lado están Helena y Emir mirándome con asombro. Lo único que hago es voltear hacia enfrente intentando ignorarlos. 

-Mad, muñeca, ¿qué pasa?- pregunta mientras voltea a ver por la ventana.- Oh, ya veo, si quieres mejor nos vemos otro día, no quiero que tengas problemas con ellos. Espera, ¿acaso él que acaba de llegar es tu amigo Jonathan?

-Es... es mi novio, Aid. Te llamo este fin de semana para vernos, bye- digo y bajo de su auto.

-No era en serio, Madeleine, espera...- comienza ella a decirme pero cierro la puerta, sonrío y camino hacia donde está Jhonny.

-Hola, chicos- los saludo y veo a Jhonny-. Y hola, amor mío- le digo y lo jalo del cuello para terminar besándolo. Escucho como se aleja el auto y escucho decir algo a Ray que no entiendo. Los chicos se van y me dejan sola con Jhonny.

-¡Wow, Maddy! ¿Por qué el beso? Y, ¿quién es la persona del auto?- me mira sorprendido y ríe.

-La persona del auto no importa, y el beso, bueno, recordé que no habíamos terminado y pues eso significa que seguimos siendo novios.

-Vale, ¿pero que no ya habíamos terminado la vez que Ray llego al departamento?

-No, no. No lo hicimos. Solo te dije que necesitaba tiempo para pensarlo y aquí está mi respuesta, Jhonatan Sánchez, te quiero.

Déjame morir [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora