V. Reencuentro

107 2 0
                                    

-¡NO PUEDO CREER QUE AMBER TE HAYA HECHO ESO!-grita mi prima sorpendida-. Pero que rayos le pasa, se las verá conmigo.

-No, Fri, alto. Por favor no le digas nada. No quiero más problemas con ella. Por favor-respondo entre sollozos-. Además ya pasó, no tiene importancia.

-¿Qué no tiene importancia?-me hace levantar con ella de la cama, me coloca frente a su espejo y sube mi blusa-. ¡Dios, Naiara, sólo mira como te dejo! Tienes demasiados moretones y todo por culpa de un chico con el cuál Amber esta encaprichada.

-Ray me quiere- me bajo la blusa escondiendo los moretones y viéndola a los ojos-. Fri, ¡Ray me acaba de conocer y me quiere!

-Eso no me sorprende, eres una chica muy linda. A cualquiera pudiste haberle gustado. Digo, solo observate, ¿qué es lo que ves?- me pregunta mientras señala al espejo. Me miro y bajo la vista inmediatamente, mordiéndome el labio-. Hay no, Naiara, ¡déja tus putos complejos a un lado y por una puta vez en tu vida acéptate como eres!

-Es que no puedo, Frida. Aunque quiera no puedo- comienzo a llorar se nuevo y ella me abraza.

-Nai, ¿quieres que te vaya a dejar a tu casa? Ya es noche y no quiero que salgas a esta hora.

-¿Me puedo quedar a dormir contigo? Por favor, no sé por que creo que Ray estará esperándome afuera de mi casa.

-Claro que si, sabes que siempre será un gusto que te quedes- me responde alegremente.

-Gracias, ¿me puedes prestar una pijama?

-Oh, claro que si, ven- toma mi mano y me lleva a su closet, tiene una pijama de cuando eramos niñas, la saca y me la da-. Tal vez si las arreglamos un poco nos puedan servir.

-¿Con tijeras y aguja e hilo?

-¡Exacto!- saca los materiales y comenzamos a cortar la ropa hasta ajustarla a nuestra medida. Los pantalones, que antes nos quedaban grandes, han quedado como shorts y las playeras ahora estan sin mangas, son de color azul rey. Nos las ponemos y nos disponemos a dormir.

                   **************

*Narra Ray*

Ya es muy noche y Maddy no ha regresado. Cuando la encontré en la tarde estaba destrozada, había llorado mucho. No quería hablar conmigo.

Me levanto y comienzo a caminar hacia un bar que conozco bien Entro y pido una bebida. Después de una hora me siento mal y ya no puedo controlarme muy bien. Tomo mi celular y marco un número, espero un minuto hasta que alguien contesta.

-Ray, ¿qué sucede?, ¿estás bien?- dice una voz desde el otro lado del celular- ¿dónde está?

-Jhony, ¿en cuánto tiempo puedes llegar? Estoy en el bar dónde conocimos a Helena.

-Voy para allá- y cuelga. Recuerdo lo que Maddy me dijo, "Yo no te quiero, y nunca lo haré." ¿Podrá ser eso cierto? ¿Realmente ella no me amará nunca? No, ella si me va a amar, solo que aún sigo siendo un desconocido para ella. En el fondo sé que ella está comenzando a quererme. Volteo a mi izquiera a ver como los demás chico bailan en el centro, puedo ver una pequeña figura caminando hacía mi. Es una chica de estatura media, ojos verdes y cabello largo, castaño y rizado; tiene una gran sonrisa y una figura perfecta.

-¡Itan!- la escucho decir mi nombre que eh dejádo de usar hace mucho y llega a abrazárme- Hermano, llevó todo un jodido año buscándote. ¿Acaso estábas llorando? Itan, ¿qué tienes?

-Azul, ¿en serio eres tú?- digo mientras la abrazo y comienzó a llorar-. ¡Azul, la eh encontrado! ¡Encontré a la chica! ¡encontre a la jodida chica!

-¿Qué? Itan, ¿de qué chica estas hablándo?, ¿qué mierda has hecho ahora?

-Encontré a la chica de mi vida, hermana. Y ella no quiere hablarme. Eso me mata. Además ya ha pasado un año desde el accidente y no puedo pensar en cómo ha de sentirse la novia de Benjamín, debe de estar muriéndose. Necesito encontrarla también a ella para pedirle dusculpas. Yo maté a nuestro hermano, ¡Joder, Azul, yo lo maté! ¡Y no puedo sacárme de la cabeza el remordimiento!

-¿Itan?, ¿qué coño hiciste?, ¿por qué lo mataste? ¡Era nuestro hermano!- me mira a los ojos y comienza a llorar y yo también.

-Azul, te juro que yo no quería, pero... pero... -las palabras se quedan atoradas en mi garganta. Quiero decírlas, sacarlas de mí, escupirlas. Pero no puedo. No puedo decirle a mi hermana que maté a Benjamín solo porque lo envidiaba, envidiaba su relación con su novia, envidiaba que lo prefiriesen más a él que a mí, y porque que me había enamorado de su novia sólo por como hablaba de ella. No puedo decir esto- Pero esa noche bebímos mucho y perdí el control del auto.

-¡Ray¡- escucho gritar a Jhony entre la gente y corre hacía mi- ¿Azul? Wow, prima, cuánto tiempo sin vernos, ¿qué haces aquí?- ella no responde y Jhony voltea a vernos a amabos- ¿Por qué coños estaban llorando?

-Será mejor que nos vayamos de aquí, Jhony- dice mi hermana mientras paga mi cuenta y me ayudan a levantar de la silla. Caminamos hacía el auto de mi primo, se quedan en silencio y me quedo dormido.

Déjame morir [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora