Capitulo-7

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Me desperté débil y adolorida, miro cuidadosamente mi cuerpo examinando cada detalle, descubro que estoy llena de moretones y pequeños cortes, al abrir mis manos para examinar más cuidadosamente siento un ardor en ellas, miro mis puños y tengo los nudillos repletos de sangre seca y morados, desvió mi mirada a la puerta y me detengo al ver un vaso con agua, me acerco lo más rápido que puedo a él y lo bebo desesperadamente, escucho pasos y corro a ocultarme en la esquina y fingir estar dormida, el pomo de la puerta gira y se abre dejando entrar un mínimo resplandor, me sujeto las piernas con fuerzas y me escondo en bajo mi cuerpo.

-sé que estas despierta-dice aquella voz-no me hagas esto.

-si no vienes a matarme, lárgate y déjame morir de hambre-digo sin mirarle.

-déjame ayudarte

-¿Cómo te atreves?, después de que me secuestraste y me golpeaste, ¿tienes el coraje para venir y ofrecerme tu ayuda como si esto no fuera mas que una obra de caridad?-no podía creer lo que me estaba diciendo, que diablos le pasaba-acaso haces eso con todos los que tratan de hablar contigo, los engatusas y los secuestras para hacerlos sufrir y divertirte un rato, eres un enfermo repugnante.

-no lo entiendes Marie

-dime que no entiendo, ¿Qué me hayas secuestrado y me trates de matar?

-NO HAGO ESTO PORQUE QUIERO, DEJAME HABLAR

-TE CREES CON DERECHO A GRITARME DESPUES DE LO QUE ME HAS HECHO

-NO PUEDO, ME LARGO

Salió pisando fuerte de la habitación y lanzo la puerta, estaba tan cansada que no podía ni siquiera llorar, mi enojo me llenaba por completo, ya había decidido, lucharía y haría todo lo que estuviera a mi alcance y no me rendiría hasta salir de allí, lo voy a lograr. Tomo la cadena y la reviso cuidadosamente, mientras en mi mente se van reproduciendo todas esas películas de miedo y de secuestros en la que la protagonista hace hasta lo imposible por escapar, mis mano rozan una pequeña punta en uno de los anillos de la cadena, inspecciono el colchón y siento el alambre que lo cubre, tomo la cadena con fuerza y la paso por un costado del colchón, no se rompe, vuelvo y lo intento hasta que la punta se hunde en la tela, una gota de esperanza me llena, lo lograre, escapare de allí.

-hola preciosa-me detengo de inmediato al escuchar aquella voz-me dijeron que no te gusto la pequeña visita de hoy.

-si crees que me importa algo de lo que le pase a ese mal nacido estas muy equivocado.

-oh no cariño, yo sé que ahora no te importa, pero eso no será por mucho tiempo.

-¿PORQUE NO VIENES Y ME ENFRENTAS?, NO TE TENGO MIEDO.

-hermosa, no te mientas-dice riendo-pero si quieres verme, no te preocupes, pronto entenderás todo, ahora debes dormir.

-NO, NO LO HARE

-con que ¿gruñona eh?

-VOY A PELEAR, NO ME VOY A RENDIR TAN FACIL Y TEN POR SEGURO QUE ACABARE CONTIGO Y TE CORTARE EN TANTOS PEDAZOS QUE NISIQUIERA EN UN MICROSCOPIO TE PODRAN VER, TE DESMENUSARE PARTE POR PARTE, HASTA QUE TU CORAZÓN SE DETENGA, PAGARAS CON LA MUERTE POR LO QUE HAS HECHO A AQUELLA NIÑA...

El cuarto se inundó del olor a cloroformo, contuve la respiración, el humo comenzó a dispersarse por todos lados, mis pulmones necesitaban aire, pero yo necesitaba tiempo, tenía que resistir un poco más, cerré mis ojos con todas mis fuerzas y me concentre en mi único objetivo, mi pecho ardía pero era un dolor leve, yo lo había vuelto leve, volví a respirar y ya se había esfumado, lo había vencido, ahora era yo quien tenía el control y saldría de allí.

No hubo ningún sonido en las siguientes horas, comencé de nuevo a romper el colchón, ya estaba comenzando a sacar la pelusa, poco a poco sacaría el alambre, me puse a hurgar entre la pelusa hasta que sentí algo duro y delgado, jale con fuerza hasta que salió por un costado, comencé a buscar el extremo, pero no lo encontraba, escuche ruidos del otro lado de la puerta y deje todo como estaba al inicio, me lance arriba del colchón y cerré los ojos, no escuche nada, pero vi una sombra parada en la puerta, no se movía.

Pasaron unas horas y mis ojos comenzaban a cerrarse solos, la sombra aún estaba frente a la puerta, luchaba contra el sueño y el ruido de mi estómago rugiendo, de repente apareció un plato y un pan por la puerta pequeña, me acerque sigilosa y primero examine el pan, lo toma dándole vueltas, después lo olí, parecía no tener nada, me lo lleve a la boca y lo saboree como si fuera el manjar más exquisito que haya podido probar en mi vida. Tome el vaso entre mis manos y observe el agua detenidamente, admirando su transparencia, tome pequeños sorbos para humedecer mis labios resecos y luego más grandes para saciar mi sed. Los altavoces se activaron de nuevo.

-hora del baño hermosa-dijo con vos altanera-te quitaran la cadena pero esta vez apuntando con un arma a tu cabeza, iras al baño y tendrás 3 minutos, si no sales en esos tres minutos, mi ayudante entrara y serás castigada de nuevo, solo que esta vez no será una insignificante cachetada.

No digo nada y me siento en posición de loto, con cara seria el hombre entra y me suelta la cadena mientras apunta a mi cabeza con un revolver, coge una navaja y corta el hilo de las muñecas, masajeo la parte donde estuvo el hilo con cuidado ya que están tan peladas y rojas que arden, me empuja a la puerta del baño y me hace entrar, cierra la puerta y comienzo a desvestirme, me meto en la tina y dejo el agua caer por mi cuerpo, no es tan relajante, ya que estoy encerrada, pero debo hacerme ver fuerte. Comienzo a ducharme sin mojar mi cabello ya que puedo enfermarme si lo lavo. Me vuelvo a poner la ropa que cargaba y me acerco a la puerta toco y no escucho nada, trato de abrirla y el pomo cede bajo mi mano, cuando abro la puerta, el hombre me toma rápidamente por el cabello y me lanza contra la pared, me sujeta por el tobillo y m vuelve a poner la cadena, esta vez deja mis muñecas desatadas lo que en verdad agradezco. El parece haber entendido que me alegra tener las muñecas libres porque sonríe con maldad, sale de la habitación y yo me recuesto en el colchón. Estoy tan exhausta que apenas pongo la cabeza en la almohada, me hundo en un profundo y placido sueño. Pero no por mucho.

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Enamorada del errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora