Me comencé a despertar lentamente, me costaba abrir los ojos, mi cuerpo dolía por todas partes, la luz estaba encendida de nuevo, recordé lo que me había pasado la noche pasada y mis ojos se llenaron de lágrimas, mire mis brazos y estaban repletos de moretones y pequeños cortes, toque mi cara y estaba pegajosa al igual que mi cabello, trate de incorporarme pero no podía, estaba entumecida y débil, me costaba mucho respirar, me lleve las manos cuidadosamente a la cabeza y sentí tela, tenía una venda en la cabeza cubriéndome las heridas, pero para que me había golpeado si después me iba a curar. No sabía qué hacer, mis ideas se estaban agotando al igual que mi tiempo, mis esperanzas de escapar se desvanecían, mis sueños de poder ver a mi familia de nuevo se tornaban imposibles e inalcanzables, los rostros de mis padres comenzaban a desaparecer, me estaba quedando sola y sin vida, podía sentir como mi alma abandonaba mi cuerpo lentamente, mi piel ardía como si estuviera en llamas, mis labios y mi garganta secos como un desierto se comenzaban a cuartear, mi cabeza recibía una explosión de dolor tras otra, una opresión invadía mis pulmones atándolos tan fuerte que me asfixiaba desde dentro, mi estómago ahora morado por los golpes se contaría con cada impulso por tomar aire, causándome un dolor descomunal, mis manos ahora atadas con grilletes no podían despegarse del suelo, mi cuerpo se mantenía extendido en el colchón sin vida, sin alma, sin ser. No podía desahogarme porque ni siquiera podía respirar bien, mire la puerta y note que estaba abierta, enfoque mí vista con dificultad, al fondo del pasillo había algo, una sombra, estaba enroscada con la cabeza gacha y atada de manos y pies con cadenas.
Oh por Dios
No, no
-Jo...-trate de hablar pero mi voz no salía-Jonathan, JOnaThAN-dije intentando gritar.
El pareció entenderme y levanto la cabeza de inmediato me miró fijamente y comenzó a tratar de acercarse pero no podía, jalaba con todas sus fuerzas intentando liberarse pero no lo lograba.
-MARIE-gritaba desesperado, intentando zafarse de las cadenas.
-no te resistas...-dije con mi voz débil.
Se detuvo automáticamente, veía su rostro furioso y destrozado al mismo tiempo, soltó un grito tan fuerte que me ensordeció, sus ojos estaban oscuros y cansados, su sonrisa se había desvanecido sin dejar rastro desde la última vez que entró a hurtadillas a la habitación, sus ojos se humedecieron y su mirada choco con la mía, ambos dejamos caer lágrimas, nos quedamos así, mirándonos fijamente por mucho tiempo, hasta que me quede dormida.
Mi sueño estaba cubierto de manchas rojas y negras, por todas partes se disparaban de un lado a otro, explotando en mí siempre, de repente, me encontraba en mi casa, pero sabía que todo era producto de mi imaginación, daba pasos lentos e inseguros, escuchaba solamente el sonido de mis pies al hacer contacto con el piso de madera, llegué a la sala y no me atrevía a atravesarla por temor a encontrarme con la horrible pesadilla de la vez pasada, siento una tensión en mi cuello y caigo de rodillas, el suelo se vuelve un rio de sangre, es mi sangre y entonces los veo, a unos metros de mí, en el centro de la sala, yacen los cuerpos de mis padres y de mi hermano, tapados con unas sábanas blancas por las que se traspasa la sangre de sus heridas, lloro descontroladamente. Hasta cuando tendré que sufrir esto.
Despierto abruptamente y tengo un vaso de agua frente a mí, lo tomo y lo bebo tan rápido como puedo, escucho un llanto a lo lejos, levanto la mirada y Jonathan esta tirado en el suelo, pero está dormido y es entonces cuando descubro a quien pertenece aquel sonido, JULIE, tengo que salvarla. Me trato de poner de pie y lo logro, comienzo a caminar pero me detengo al sentir una corriente que traspasa por toda mi columna.
-HEY, maldito maniático, déjala y ven por mí-digo débilmente y poco convincente.
Un cuerpo con la máscara puesta se asoma por el marco de la puerta donde esta Julie, me mira de arriba a abajo como si no se creyera lo que ve.
-si tú, ven y pégame a mí-digo más fuerte.
-no te valió con la paliza, interesante-dice riendo y sacudiendo la cabeza-me parece que no sabes jugar muy bien, Marie.
Escucharlo decir mi nombre me helaba la sangre, jamás lo había pronunciado y ahora que lo hacía solo era para dejarme claro que él tenía la medalla ganadora asegurada.
-estas más muerta que viva-dice señalándome por completo-eres solo un saco de desperdicios.
-entonces no te será difícil desacerté de mi-dije contratacando-¿Qué demonios quieres de mí?, ¿Qué tanto te he hecho?
Se lo pensó por un momento y luego volvió a hablar.
-lo que quiero es a ti, tu partiste mi corazón en miles de pedazos, por ti hubiera dado todo, incluso mi vida, hubiera vendido mi alma por estar contigo pero tú solo me botaste como una prenda rota-dijo histérico-eso me hiciste y ahora lo pagaras.
-¿Qué harás cuando muera?, ¿Mataras a esa pobre niña y a su hermano?-dije matándolo con la mirada-dime en cambia matarnos, ¿Qué consigues con eso?, solo causar más sufrimiento y dolor.
No respondió, pero estaba decidida a seguir intentándolo.
-por favor, sé que prometí que no haría esto, pero no lo hago por mí-dije bajando la cabeza-hare lo que te plazca si la dejas ir con su familia y a Jonathan.
-das algo y pides el doble, la verdad es que no sabes negociar y no me convences-dice frotando su barbilla bajo la máscara- lo hare, la liberare a ella si tú haces lo que te diga.
-no, Marie no lo hagas-dijo Jonathan despertando lentamente-yo moriré si es necesario pero ustedes dos se salvaran.
-promete que también desencadenaras a Jonathan, si no, no hay trato.
-hecho-dijo firme.
-Marie, ¿Por qué lo hiciste?-dice Jonathan dejando caer unas lágrimas.
James lo sujete por el cuello y le inyecta un tranquilizante, luego lo suelta, cae rendido en el suelo, se acerca a mí y cierra la puerta haciéndola traquear con fuerza. Escucho como mueve a Jonathan, arrastrándolo por todo el suelo, se acerca a mi puerta y lo arroja dentro, pone seguro a la puerta. Escucho el llanto de Julie y sus gritos resuenan en las paredes, luego todo queda en silencio, escucho un motor de automóvil y después desaparece. Me arrastro por el suelo y tomo el rostro de Jonathan entre mis manos, lo miro fijamente y veo que no despertara tan pronto, me recuesto frente a él y lo miro fijamente. Mañana saldría de aquí y podría rehacer su vida con su hermana. Un sentimiento que creí perdido me inundo repentinamente, estaba, estaba feliz, sentía como por dentro me regocijaba, los había podido salvar, mis ojos se fueron cerrando lentamente hasta que me sumí en un sueño profundo.
ESTÁS LEYENDO
Enamorada del error
Teen FictionMi nombre es Marie Cooper tengo 16 años y vivo en uno de los lugares más lluviosos de Estados Unidos, Forks, era un pueblito desconocido y lleno de bosques y leyendas que podían ser tan ciertas como que la tierra es redonda. Mi vida es extremadament...