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NO ME MATEN. GRACIAS.
—•—•—
• Seguridad •
M a r i e

Una sensación suave y pasiva me sacó de mi sueño poco a poco.

Apenas y pude entreabrir los ojos, cuando me di cuenta de que lo que sentía sobre mi cabeza, eran delicadas caricias contra mi cabello. Mis párpados pesados convertían más difícil la tarea de despertarme. Aún así, mis ojos se sentían hinchados y húmedos, de tanto llanto sobre la noche anterior.

Un escalofrío caló mis huesos enteros, helándome la sangre y haciéndome saltar de un brinco ante el repentino, vivo y fresco recuerdo de la masacre de anoche.

"¿Te encuentras bien, linda?" Mis ojos viajan a mi costado, y me encuentro con Michonne sentada a mi lado. Una suposición, de que me quedé dormida sobre su regazo llegó a mi mente. Su mirada es angustiada, y me siento mal por hacerla sentir así.

"P-Perdón" Apenas puedo contestar, con mi respiración siendo molestamente agitada. "Sólo...no sé, me asusté" Me encojo de hombros, jugando con mis dedos con nerviosismo, e inhalo profundo. Sus ojos bañados en angustia, poco a poco se van suavizando hasta regalarme una sonrisa que me hace sentir reconfortante, como si fuera mi propia madre.

"Ya pasó todo lo peor, Marie. Estamos bien" Me asegura, y se que es cierto. Pero, los sucesos aún ocupaban un grande espacio en mi mente que me aprisionaba en las rejas del temor. Aún no me sentía completamente convencida, ni segura.

Hasta ahora, no había pensado en lo horrible que es allá afuera. Tras la fachada de paisaje tranquilo, se esconden los peores monstruos que te hacen jugadas traicioneras. El único peligro no son sólo los caminantes.

Podría decirse que los propios humanos son el verdadero problema. Los caminantes, un obstáculo.

No le temas a los muertos, solía decir mi padre para vencer mi miedo contra los caminantes, y fantasmas, a los vivos es a quienes realmente debemos de temerles.

Había pasado tanto tiempo en un lugar 'seguro', y lejos de amenazas, que había olvidado todo lo que se resguarda allá afuera. Todo lo que se esconde en las sombras para justo atacarte cuando menos lo esperas. Como pasó ayer. Y como podría volver a pasar.

No podía volver a sentirme tranquila, sentía la inconformidad acumularse en la boca de mi estómago. Era una inquietud extraña; simplemente no me dejaba en paz. Era como sentir la ansiedad carcomerme, haciéndome actuar insegura. Sacando mi miedo a flote. Un miedo terrible de tener la sensación de que, en cualquier momento, podríamos ser atrapados contra una emboscada, o una horda de caminantes, o que simplemente nos asesinen mientras dormimos.

Hay tantos peligros a tan poca distancia de mi, quizás a la vuelta de la esquina, que me sentía encerrada en una jaula tenebrosa, sin escape. Ya no miraba al mundo de igual. A pesar de que los caminantes lo cambiaron todo, las personas siempre fueron las que cometían crímenes, creaban guerras y dividían a la gente.

"Es hora de salir para seguir nuestro camino" La cuidadosa voz de Michonne me saca de mi ensimasmiento, de mi propia burbuja personal, y despego mis ojos de la ventana siendo tapada por una camiseta colgada ahí. Ni si quiera estaba mirando. Era como observar un espacio hueco, sin algún objetivo. Me perdía tanto en mi misma, que todo a mi alrededor, simplemente, desaparecía. Se esfumaba, como si mi mente me pusiera una manta encima inconscientemente, llevándome al laberinto donde sólo yo se qué rutas o caminos a los qué dirigirme.

Saving You [carl grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora