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Me devolvió el libro ¿Lo pueden creer? Yo que de buena fe le presto uno de los libros más viejos del mundo y ella me lo devuelve. Así que se hace la difícil... vamos a ver cuánto dura este juego.

La pared de mi living es la pared de su pieza, jaque mate querida, dos golpes... nada. Dos golpes más, sos complicada. Dos golpes más, no me presiones querida. Si no respondes ahora voy a romper la puerta de tu casa de una patada, dos golpes más. PLUM! Respuesta señoras y señores, la muchacha casi tira la pared abajo, pero me respondió. Podría haber sido más delicada, creo que revoleo su biblioteca entera, me reí al pensar eso. Apoye mi cara contra la pared para ver si podía oír algo, pero nada, en cambio sentí la cercanía de su alma, necesitaba tenerla cerca. Y si, por si no se dieron cuanta, creo que me estoy enamorando, y eso es un problema más grande del que se puedan imaginar. Quiero contarle todo sobre mí, bueno... no todo, solo lo necesario.
Escuche cuando cerraba la puerta de su habitación, así que salí a su encuentro, como un tarado no pude evitar sonreír al verla, creo que no está muy feliz de verme, pero bueno quien lo estaría después de como la trate.

¿Me creerían si les digo que casi puedo saborear la felicidad de su alma cuando está cerca de mí? No creo, pero casi es verdad, no es tan literal pero es algo por el estilo.
Giselle, me gusta su nombre, aunque ya lo sabía. ¿Habrá entendido la indirecta de las prostitutas? Más sutil no puedo ser.

Charlamos toda la tarde, y como muy pocas personas en este mundo, ella solo me escucho sin hacer preguntas, y de esa manera tan simple me enamoro un poco más.
Esto está mal, no puedo estar en este estado por ella pero tampoco quiero alejarme.

Oh Giselle, sos la tormenta de mi vida, menos mal que traje un paraguas.


Mi vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora