Me dolía mas lo que acababa de escuchar que las heridas que podía llegar a tener en el cuerpo, por un momento desee haber muerto, así me ahorraba este dolor.
Hubiera sido mejor si solo me empujaba hasta la puerta y no hubiera dicho nada. ¿De verdad no le importaba? No puede ser verdad, pero él... es normal que no le importe, al final solo somos vecinos ¿Ni siquiera le di pena? BASTA!! Yo no soy así, ¿Qué clase de mujer quiero ser, de esas que se pasan llorando el día por un hombre? NO! No, yo no soy así.
Pero duele.
Dos días después de que él me echara, alguien golpeo mi puerta.
El libro de latín... ¿Era una broma? Enojada golpee su puerta y deje el libro en el suelo, no podía moverme más rápido, casi corriendo entre a mi departamento.Acostada en mi cama, mirando el techo y tratando de no pensar en él, escucho dos golpecitos en mi pared, no les di importancia. Y otra vez... y otra vez... y una vez más. Busque en mi ropero mis zapatos más pesados y los tire contra la pared, escuche una risa y mi corazón limpio su polvo, mi alma volvía al cuerpo. ¿Qué había hecho este hombre conmigo? ¿Cómo es que me importa tanto si apenas lo conozco? ¿Por qué mi corazón se desboco cuando escucho su risa? ¿Por qué ya no siento ese enojo hacia él?
Apoye mi cara contra la pared y por un momento pude sentirlo cerca mío. Sí, ya no había dudas, sin saber nada de él, sin conocer siquiera su nombre, yo me había enamorado.Salí a buscarlo, a pedirle explicaciones, en el mismo instante que abrí mi puerta él salía de su casa, me sonrío, mi corazón dejo de latir para arrancar a correr una carrera con las lágrimas, mi orgullo pudo más, trague las lágrimas y apacigüe el corazón, yo solo lo miraba fijo. Cerré mi puerta y me acerque a su lado, él expandió su sonrisa, cerro su puerta y me dijo casi susurrando a mi oído
-¿Vamos a dar un paseo?
Agache mi cabeza y el pelo tapo mi rostro
-Merezco tu silencio, y hasta quizás no soy merecedor de tu compañía, pero si quieres, sígueme
Arranco su camino y yo lo seguía despacio casi sin levantar la vista
-Tengo muchas cosas que contarte, y además, nunca me presente como es debido, quiero que al menos sepas mi nombre
Caminamos hasta la plaza cerca de casa, para cuando llegamos ya caminamos a la par, pero él iba viendo el cielo mientras yo hipnotiza mis pies. Nos sentamos debajo de un árbol
-El otro día, yo no quería tratarte así, pero es que estaba cansado y no venía teniendo buenos tiempos
-Estaba en el momento equivocado en el lugar menos indicado, ¿No?
-Algo así, si estas enojada, lo entiendo.
-Estaba enojada, pero ya no.
-Eso es bueno, pero igual déjame pedirte perdón.
-Está bien, no tienes que disculparte, de última yo estaba en tu casa sin tu permiso. Quien tendría que disculparse o dar explicaciones soy yo.
-Para nada, a mí no me molesta que estés en mi casa
El viento jugaba con las hojas, la gente parecía no vernos, el único testigo de ese encuentro era el sol, quien de forma amable nos cubría por momentos con su luz. Mi alma, que venía sufriendo se sentía revivida, no sé si es porque él estaba cerca o si simplemente mi coraza había vuelto a su normalidad.
-Gabriel, mi nombre es Gabriel
-Me imaginaba un nombre más bruto.- No pude evitar sonreír al oír su nombre, a decir verdad, le caía a la perfección. Incline mi cabeza para su lado y él me estaba viendo, también sonreía
-¿Estas diciendo que soy un bruto?
-Bueno, no sabes muy bien cómo tratar a las mujeres un día de cansancio, así que si, te digo bruto
-Ok, podes tener razón, señorita anónima
-Giselle, y no digas ningún comentario tonto sobre mi nombre
-¿Comentario tonto?... ¿Cómo cuál?... Quizás sería algo así como: Tenes nombre de prostituta francesa-
-Algo así, y peores. Ya supere la etapa en donde me enojaba por esos dichos.
-Giselle, ¿Sabías que las prostitutas francesas son de las más lindas?
-Tarado...
Yo no sé cómo lo hacía, pero cada cosa que decía tenía un efecto en mí. Alguien, por favor que me explique cómo es posible, en tan poco tiempo, quererlo tanto.
Nos pasamos toda la tarde hablando y nos dimos cuenta que en varias cosas éramos parecidos. Teníamos nuestros secretos, nuestros miedos y de una manera ilógica, estábamos cómodos estando juntos.
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Mi vecino
Romance-- Entonces... ¿Que somos? Tu alma Su diario ¿...Reencarnación...? --