Mi vecino

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Me contó que dentro de poco se tiene que ir, no me dijo dónde y tampoco quiero saberlo, ya me veo siguiéndolo.
¿Sabrá lo que me hace sentir cuando me ve? ¿Pensara que estoy loca? ¿Cómo puedo confiar de alguien que hace menos de un año conozco? Acá, entre nosotros, me parece que lo tengo visto de algún lado, la otra vez cuando él dormía a mi lado, su perfil me parecía familiar.

Solo tengo dos meses antes de que vaya, no sé si voy a poder decirle todo, pero lo que si estoy segura es que voy a tratar de aprovechar este tiempo para estar a su lado

-Es mejor si nos dejamos de ver, así cuando me vaya no te sentís tan sola

-Sería la peor manera de alejarte, saber que estas cerca pero no puedo estar con vos

-Si es mejor, me mudo ahora así...

-Gabriel, casi estamos juntos la mayor parte del día, y que te vayas de la noche a la mañana, haría que mi alma duela mucho

Él me abrazo y yo escondí mis lágrimas en su pecho

-Tu alma es un tema especial y si hay algo que no quiero es lastimarla

-¿Qué somos?

-Vecinos

-¿Y porque me duele tanto separarme de vos?

-Porque somos buenos vecinos

-Tarado

Después de esa charla todo cambio, Gabriel venía a cenar siempre y con la excusa de su borrachera terminaba durmiendo a mi lado. ¿Saben? La señora tenía razón, desde que él duerme a mi lado, el insomnio desapareció.
Es verdad que no somos nada, nunca me anime a decirle lo que siento, aunque creo que él lo sabe, y si mi instinto de mujer no me falla, él también gusta de mí.