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No vuelvo a verla en tres semanas. Entre las guardias y los cambios de turno no he vuelto a ir a clase. Me sorprendo algunas veces pensando en ella, en qué estará haciendo. Nadia solo me observa y sonríe de vez en cuando, no ha vuelto a preguntar por ella.

El trabajo me aburre bastante últimamente, no hay mucho movimiento en la comisaría y solo patrullar es tedioso. Estando de patrulla en viernes por la noche me encuentro cuando la veo.

Su falda es más larga que la de sus amigas y sus zapatos no tienen tacón. Su camiseta tampoco enseña tanto como la moda dicta últimamente pero ella se ve bien. Demasiado bien agarrada al brazo de un muchacho moreno que la sonríe y habla en susurros.

- Buenas- me he acercado a su grupo junto a mi compañera y todos nos miran- ¿Todo bien por aquí?

- Hola, Jared. - sonríe en mi dirección separándose de su amigo - ¿como estas?

-Trabajando bastante- hago caso a los convencionalismos y pregunto por ella

-Como siempre - ya solo me presta atención a mi - No has ido a clase últimamente. ¿Ya te has aburrido?

-Mucho trabajo

-Entiendo, por lo que veo no vienes de fiesta- señala el local en el que está haciendo cola para entrar

- No, yo soy el capullo que vela por tu seguridad.

- Puedes dormir tranquilo, estaré bien- me sonríe y vuelve con su grupo

Mi compañera también es escasa de palabras pero veo que está intrigada por la conversación que acabo de tener. Hacemos un par de inspecciones a personas al azar y volvemos al coche.

- ¿Estudias? - No suele hablar mientras conduce pero sus ganas de saber ganan

- Medicina, ella es mi compañera de clase- me siento en la obligación de dar explicaciones

-¿Medicina? ¿Te gusta? Dicen que es duro...

- No es duro para mi, me mantiene entretenido y aprendo bastante - y, con eso, dejo la conversación

Pasamos una noche bastante entretenida. A pesar de que sólo habla ella, y consigue sacarme una sonrisa alguna vez. No es tan seria como yo, después de todo.

Su nombre es Laura y a todos les parece sexy cuando viste el uniforme, el mismo que todos nosotros. Su cuerpo es atractivo y su pelo muy brillante, supongo que no está mal con o sin uniforme.

-¿ Qué haces cuando terminemos? - me pregunta al amanecer

- Supongo que dormir, como todos- no entiendo a donde quiere llegar

-¿solo? - mira en mi dirección levantando una ceja

- ¿solo de 'solamente' o de 'a solas'? - creo saber lo que quiere de mi

- Ambas

- Supongo que la respuesta es SI a ambas preguntas.

- ¿Y si te ofrezco un plan mejor?

Acepto su plan a pesar de estar cansado hasta niveles insospechados. No sería la primera vez que me acuesto con una compañera, siempre que sea fuera del trabajo y tenga claro que el sexo es solo sexo.

Llegar a casa cuatro horas más tarde oliendo a ella, a sudor y sexo me tienen extenuado. Tras una larga ducha saludo a Nadia y su novio que están leyendo en la terraza y me voy a la cama.

Tendré libre dos semanas por haber doblado turnos y no sé qué voy a hacer a parte de ir a clase y entrenar. Necesito algo con lo que entretenerme.

Quizás un puzzle con infinidad de piezas iguales me mantenga alejado del aburrimiento, aunque lo mismo podría engancharme y obsesionarme hasta dejar de entrenar por hacerlo. Si, soy un poco obsesivo.

Como temía, empezar un puzzle empieza a hacerme la vida imposible. No me concentro en clase ni en los entrenamientos pensando dónde irá esa pieza que tuve tres cuartos de hora en la mano.

En clase Victoria vuelve a sentarse en su lado pero no hablamos más de saludos y despedidas. Parece un poco molesta o aturdida, y casi podría decirse que está asustada.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora