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Su mano no se ve muy bien, el resto de ella resplandece, como un ángel, como yo me imagino que sería un ángel. Sus nudillos están ennegrecidos e hinchados.

-Wow! Que coche más cuqui- rodeo los ojos- ¿es tuyo?

- Yo no me sentiría cómodo conduciendo un mini, solo Pablo pasa lo suficientemente de la opinión ajena para conducirlo

- ¿Qué pasa? ¿No te sientes cómodo contigo mismo? - me está provocando y lo hace a posta

-No es eso, es como llevae falda. Aplaudo al hombre que quiera llevarla pero no es mi estilo

-¿Qué me dices de una falda de cuero? Pega bastante con tu carácter

- Tendría que probar

Los dos sonreimos y nos bajamos en el aparcamiento del restaurante. Sin saber por qué le tiendo mi mano y ella la coge con una sonrisa.

La cena es bastante amena. Hablamos de los dos y nos conocemos un poco más. Descubro que no le gusta conducir pero le encanta viajar, que su mayor sueño es recorrer europa en moto y ayudar a los demás. Es voluntaria en dos ONGs distintas.

Ella descubre más de mi vida pero sin profundizar. Mi curiosidad por aprender, mi nula relación con mis padres y mi carácter obsesivo por algunas cosas. Se interesa en mi relación con mi hermana y solo puedo decir cosas buenas pues ella me adoptó en cuanto cumplió 17 y se emancipo.

Sé que tiene muchas preguntas respecto a lo último pero se las calla e intenta ocultar su curiosidad al respecto. Tras la cena quiere ir a bailar y beber a una discoteca.

Bebo en la barra mientras ella baila en la pista, levanta las manos y mueve sus caderas. No es que las demás chicas bailen mal pero a su lado están eclipsadas, su técnica está bastante pulida y no hay persona en la sala que pueda apartar los ojos de ella, principalmente yo.

Me invita a acompañarla varias veces y yo declino como mejor puedo, hasta que mi necesidad de tocarla es mayor que mi vergüenza y pido al dj que ponga una bachata.

Ella sonríe al escucharlo y me tiende su mano buena. Sin dudar me arrimo a ella y bailamos como tantas otras noches. Todos se apartan dejandonos la pista libre y nos animan. Me centro en ella y en sus movimientos.

Al final de la canción todos están aplaudiendo y nosotros nos besamos en el centro de la pista. No sé quién empezó el beso o si fue algo a medias. Este beso es más apasionado que el de esta mañana y al separarse solo puedo seguirla con mis labios en busca de más.

Ella sonríe y me lleva a la barra dónde el dueño del local nos da la enhorabuena y nos invita copas gratis. Ella vuelve a bailar mientras yo disfruto del movimiento de su cuerpo al compás de la música.

-Vuelvo a estar sudada- se queja cuando nos dirigimos al coche

-¿Qué tienes contra el sudor? Es parte de la vida diaria...

-Huelo mal- refunfuña

-Yo creo que hueles perfectamente-

No estoy mintiendo, ella huele muy dulce siempre. Sus perfumes son del tipo empalagoso al olfato pero en ella solo invitan a saborearla.

La llevo a casa y se despide con otro suave beso en los labios que me queda con ganss de más, de mucho más. La veo entrar en casa e intento concentrarme.

Me tiene caliente y duro todo el dia. Después de todo tendré que solucionarlo por mi mismo, pienso mirando la zona de la entrepierna de mi pantalón, abultada a más no poder.

Antes de volver a arrancar el coche unos golpes en la ventana me asustan. La bajo y sonrío al volver a verla.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora