XIII. Malhumor

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Dos semanas después...

Matt P.D.V.

Al saludar al doctor me comenta que su humor es igual que al de ayer, la verdad no me sorprende, y también que les grito a las enfermeras del turno nocturno otra vez. Me disculpo por eso y me despido de él. Camino unos pasos mas y abro la puerta para entrar en su habitación. Hay el mismo silencio de hace dos semanas, así que comienzo a silbar una canción que siempre ha rondado por mi cabeza desde pequeño. Me acerco a la cama.

-¿Que cuentas, rubia?-le digo a William en un tono socarrón.

Él me mira estoico, con ojeras marcadas y un aura de "no me importa nada".

-Me ha contado el doctor que les gritaste a las enfermeras porque no querías comer desde hace un par de días.-tomo asiento en una silla a un lado de él.

-Putas de mierda.-farfulla en voz baja con desden.

-Tú tan amable como siempre, William.-contesto irónico.

-Tú tan pedazo de imbécil como siempre para venir aquí.-responde frío mientras me observa de reojo.

Resoplo con decepción.

Hace dos semanas que Annie y mi hermano se separaron, cuando la ví salir sollozando del cuarto de William, me contó rápidamente lo que había pasado. Y luego se fue, porque quería ver a Jared. Cuando entre a ver a William, este estaba en la misma posición en la que se encontraban cuando ellos estaban discutiendo, solo y parado a los pies de la camilla. Lo sujete cuando sus piernas se doblaron y cayó arrodillado al piso, y también estuve ahí cuando lo acosté de nuevo en la cama para hacerle compañía, hasta que me dijo que quería estar solo. Seguramente para que no lo viese llorar.

Esa fue la ultima vez que fue amable con alguien, ahora se volvió un maldito desgraciado amargado. No quiere tomar sus medicinas y todo el que se le acerque sufre su animo del demonio, es como si hubiera vuelto a ser el William de antes.

Me preocupa su decisión de vivir en la misma casa que Annie. Ahora que no están juntos, me inquieta que podrían ponerse a pelear enfrente de Jared y en unos meses mas cuando llegue la bebé, no quiero que mis sobrinos la pasen mal por la testarudez de su padre. Además, no me gustaría que la tratara como lo hace con todo el mundo, como un completo asno. Y tampoco me gustaría que sufriera estando en el mismo sitio que ella. Pero ese tonto, insistió un día después de la pelea con Annie que cuando le dieran el alta, viviría con ella y Jared.

Tanto Annie como William están destrozados, solo que ella ha estado llorando mucho mas que el, y él ha sido mucho mas cercano a un hijo de puta. Ambos están tristes y dolidos, pero cada uno lo toma a su propia manera. Solo espero, que por el bien de Jared y de mi no nata sobrina, se controlen y sean unos padres que ellos merecen.

Hoy es el día, ya le dieron el alta y puede irse a casa.

-¿Feliz por salir de aquí, hermano?-pregunto con algo de alegría.

-¿No ves mi brillante sonrisa?-dice seco, se levanta de la cama sujetándose de esa barra de metal con esas bolsas de líquidos colgando de ella.

Suelto una leve y corta risa. Él se aproxima a un armario y comienza a sacarse la bata con dificultad, me reincorporo.

-¿Te ayudo?

-Múerete, yo puedo solo.-gruñe sin mirarme.

-Eres un amargado.-bufo rodando mis ojos.

Coge un vaso de vidrio de no se donde y me lo lanza, lo esquivo por poco. Pongo mis ojos de asombro en él.

-¿¡Pero que mierda, William!?-le digo cabreado.

#3 | Trilogía SCG | GoldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora