XX. Traumatizado

102 11 3
                                    

Annie P.D.V.

Todavía siento algo de escozor en mi mano, y mi pecho alberga aun esa pesadumbre, totalmente intacta. Me gustaría decir que ya he parado de llorar, pero no. Me duele la cabeza y estoy agotada. Tanto física como emocionalmente.

He comenzado a cuestionar todas las decisiones que me han llevado a William.

Como ese día que acepté ir en lugar de mi madre cuando enfermó. La primera vez que nos vimos en persona. El primer beso. Cuando me dijo sobre su hijo y su tormento familiar. La primera vez juntos... Todo eso.

Tal vez haya sido un error.

Muchas cosas han pasado desde entonces. Demasiados secretos. Demasiado dolor.

Y eso nos ha llevado a esos papeles de divorcio.

Cubro mi rostro para no hacer ruido con mi llanto y despertar a Jared. Mi pequeño duerme tranquilamente junto a mí.

He caído demasiado rápido por él. Le he entregado mi tiempo. Mi cuerpo. Mi vida. Y mi corazón muy pronto. Siempre creí que quien debía de ocupar el lugar de mi esposo nunca sería capaz de hacerme daño. De mentirme. De ocultarme cosas. Pero ya veo que me equivoque al pensar eso.

Porque William ha sido capaz de romperme el corazón por primera vez.

Y yo jamás pensé que él podría hacerme esto. O que unos simples papeles pudieran causar tanto daño.

Hace una hora, me desperté de una pesadilla horrible. En ella, William era asesinado por Bastian. El miedo y la preocupación corrían por mis venas, así que para calmarme un poco y asegurarme de que estuviese bien, decidí ir a la habitación de invitados para verle.

Me sorprendió ver que no había nadie en ella, pero si, en cambio, una nota sobre la cama.

"Tuve que irme un rato, volveré tan rápido como pueda".

Ahora son las 3:30 de la mañana. ¿Qué tan importante debe haber sido un asunto para desaparecer en medio de la noche? ¿Para escoger ir en vez de quedarte en casa con tu esposa e hijo?

No puedo evitar las lágrimas de tristeza. Ni el nudo en mi garganta. O la sensación de opresión en mi pecho. Jared se remueve un poco en sueños, frunce un poco su ceño. Acaricio su cabeza suavemente, mientras le susurro que todo está bien.

De no ser por él y la bebé, creo que me habría arrojado sin pensarlo en una tristeza aun más profunda. Sin embargo, tuve la fortuna de que regresase a casa sano y salvo. No es lo que muchos padres pueden decir de sus hijos desaparecidos. Me siento tan agradecida de tenerlo de vuelta aquí.

Y creo que ha sido la única promesa que William ha podido cumplir.

Hace dos meses...

Los primeros minutos permanecí en silencio, digiriendo su gran secreto. Podía notarlo angustiado, parecía buscar algo con su mirada desesperada. Me sentí mareada y con nauseas momentáneamente.

Su frase se repetía como disco rayado en mis pensamientos.

"Maté a mi madre".

- Oh, por Dios. -dije llorando, en shock. -Oh, mi Dios...

¿Qué clase de ser humano era capaz de matar a sangre fría a su propia madre?

- Annie... -la respuesta a esa pregunta estaba enfrente de mí.

- ¡Suéltame! ¡No me toques! -lo empuje cuando intentó acercarse.

Repentinamente me invadió el mismo temor que sentía cada vez que alguien nombraba a Bastian. Y darme cuenta de que eso era causado por estar aquí con William, fue devastador.

#3 | Trilogía SCG | GoldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora