XV. Cita

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Annie P.D.V.

El baño no calma mis nervios sobre a donde me llevara William dentro de una hora, así que me levanto de la tina y salgo de ella. Paso a buscar algo que ponerme, y me frustro cada vez que me pruebo algo y no me gusta o es demasiado pequeño para la barriga que tengo.

Suspiro exasperada. Encuentro un vestido azul al fondo de mi closet, algo casual, algo formal, por lo que me lo pruebo y sorprendentemente me queda genial. Mi barriga solo resalta un poco, pero esta bien, me pongo un collar plateado, arreglo mi cabello en unas ondas y me pongo algo de maquillaje, como mascara de pestañas y brillo labial rosa. Estoy por ponerme mis zapatos bajos cuando la puerta se abre.

-¿Estas lis...?-se queda mudo, observandome.

-Ya casi estoy, sólo faltan mis zapatos.-digo intentando ponermelos sin agacharme hacia adelante.-Rayos, ¿podrias...?

-Sí.-dice rápidamente mientras se planta enfrente de mi, arrodillandose.-¿Son estos?

Asiento con la cabeza, el toma un par y alza mi pie, poniendomelo con cuidado. Acaricia mi pierna mientras me coloca el otro par, mi piel se eriza ante su tacto. Termina y pone un pie a cada lado de el, dejandome abierta ante el. Sus manos se mueven lentamente y en silencio, subiendo por mis piernas, mi respiración es algo agitada.

Sus ojos son tan jodidamente ardientes. La forma en que me mira, como si quisiera arrancarme la ropa, y devorarme. Dios, me hace mojarme enseguida. Sus manos se pierden debajo de mi vestido, y pronto siento sus dedos tocandome por encima de mis bragas. Jalo su corbata negra hacia mi, dejando su cabeza apoyada en mis pechos.

-W-William.-gimoteo, abro mas mis piernas a la vez que acaricio su cabeza, despeinandolo.

-Estás hermosa.-dice besando mi clavícula, su mano en mi entrepierna se aleja.-Y muy mojada.

Se separa un poco y me besa, tan desesperado y apasionado, que considero por un segundo que nos quedaremos en casa para continuar, pero lentamente se despega de mis labios. Mira los míos mientras relame los suyos, cosa que me enloquece, y dice:

-¿Cereza?-pregunta poniendo sus ojos hambrientos en los mios, asiento y el sonrie divertido.-Bueno, será mejor que cenemos si queremos comer la cereza del postre.

Se reincorpora del piso y me sonrie travieso antes de entrar al baño. Exhalo exagerada, y me dejo caer en la cama, ahora me voy a volver loca con la tensión sexual durante la cena.

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Detiene el auto enfrente de un restaurant tan elegante que siento que mi vestido son arapos a diferencia de las mujeres que se ven hermosisimas y elegantes. Sale del auto y un ballet abre la puerta del acompañante para que salga, me tiende una mano educadamente pero William aparece y el me ayuda a bajar del auto. Le entrega las llaves al ballet y coge mi mano.

Hay mucha gente haciendo fila en la vereda, pero nosotros pasamos al interior tranquilamente, no sin antes que el dueño o un gerente del lugar salude a mi esposo. Nos guía hacia nuestra mesa, que se encuentra en el segundo piso. Y aquí las mesas estan un poco mas separadas, dando mas privacidad a las personas que se sientan en ellas.

William me ayuda a sentarme, es tan caballeroso. Luego una vez toma asiento, un mesero aparece con la carta.

-Buenas noches, mi nombre es Greg y seré su mesero esta velada.-nos entrega los menus.-¿Alguna bebida que deseen en especial? ¿Vino, champaña?

-Uhmmm, yo solo agua, gracias.-digo algo cohibida.

-Lo mismo para mi.-dice William recorriendo con su vista la carta.-Y pediré... el risotto de camarones.

#3 | Trilogía SCG | GoldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora