17. And that shot, oh my god. It looked so real.

67 5 2
                                    

—Me querías.

—Te quiero.

—Me amabas.

—Te sigo amando.

—Me cuidabas.

—Te cuidaría por siempre.

—Me lastimabas.

No lo volvería a hacer.

—Bien. —Tristán frunció los labios—, dime una mentira.

—Creo que ya te dije una hace segundos.

Tristán y Myles.

x x x 


Todavía me estremecía. Aún me sentía observada, aún estaba mal. Cuando Theo susurró aquellas palabras de «Creo que nos encontraron», honestamente pensé lo peor. Sin embargo pudimos huir a uno de los baños y salir de allí sanos y salvos, también varias ambulancias y oficiales de policía nos ayudaron a escapar.

Ya había bastante tiempo después de aquél horroroso evento. Theo y yo estábamos reconciliados, no del todo, pero algo es algo. Y siendo honesta, prefiero que sea ese "algo" a que ese "nada" que éramos antes por la discusión.

La fecha de la obra se pospuso mucho, obviamente. Cada cosa estaba siendo custodiada por policías, incluso había un toque de queda: las 8. Actualmente el asesino no se había manifestado después de ese evento, sin embargo sigo alerta.

Él siempre ataca. Y no puede tomarme desprevenida.

Y sí, pedí perdón. No iba a ser una estúpida orgullosa como siempre lo soy, era hora de madurar y defender mis pensamientos, y yo pensaba desde hace tiempo en susurrarle unas disculpas. Honestamente, no pensé que Theo me perdonara.

Pero lo hizo.

Y no entiendo realmente el por qué me encuentro pensando en eso cuando estoy a pocos minutos de salir al escenario. Pocos minutos de realizar lo que amo, pocos minutos de nervios que se transformarán a sueños cumplidos en poco tiempo.

Y siento su mirada. Puedo sentir la mirada afilada de Nathan detrás mío. 

Volteo encarándolo al instante. Una felina sonrisa se dibuja en sus labios y procede a darme un asentimiento de cabeza que sé que tiene un significado. Frunzo mi ceño más no me muevo de su lugar.

Y de repente, levanta su mano, indicando que lo siga.

«No tienes nada que perder»

Es cierto. No tengo nada que perder. ¿Por qué no correr el riesgo?, alzo una ceja y cuando camino, veo que él ya lleva la mitad del recorrido. Me sitúo rápidamente a su lado y ambos no hacemos nada más que mirar nuestros pasos.

Un escalofrío me llena la espalda al conectar sus ojos con los míos. Eran tranquilos, pero al mismo tiempo aparentaban un remolino de peligros y atrocidades que por alguna razón, me gustaría conocer.

—Vaya, que misterio. —opino con sarcasmo al ver que ingresamos al camerino. Ya estaba lista así que no tenía que retocarme ni nada. Él ignora mi comentario y ladea el cuello, buscando algo detrás del espejo que contenía varios perfumes y maquillajes de todo tipo.

—Creo que te gustarían. —susurra, sosteniendo algo en sus manos.

Ahora, los nervios se han disipado y veo que la curiosidad toma su lugar. Muevo un poco mi cabeza para ver a qué se refiere y me sorprendo al encontrar algo sorprendente e inusual en sus manos. Negro y rojo combinados, con espinas, y totalmente hermoso.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 11, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Prohibido reírse. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora