3. Eres.

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Punzie

Estaba buscando el atuendo ideal para ir a la feria con Eugene.

—Por última vez Pascal, no te puedo llevar—se darán cuenta qué estoy hablando con Pascal, o bueno yo habló y el gruñe. Pero no hace falta hablar cómo él, o él cómo yo, cuándo ambos nos entendemos perfectamente, no se sí les ha pasado con sus mascotas, a pesar de no hablar cómo ellos, o ellos cómo nosotros, los entendemos perfectamente.
—No me pongas esos ojitos Pascal... ¡no irás Pascal y es mi última palabra!—casi podía ver cómo hacia un pequeño puchero—oww Pascal, sabes qué me encantaría llevarte, pero no puedo, es una salida para dos, ya tendremos tiempo para salir nosotros dos juntos—dije animándole.

Decidí ponerme un short, una polera negra de Mickey Mouse, y unas converse blancas y no soy fan de los accesorios pero me decidí por un chocker negro.

Peine mi cabello en una coleta alta, y me puse un poco de maquillaje.

Tomé mi bolsa y mi celular. Estaba lista y en cualquier momento vendría mi mejor amigo por mi, estaba muy emocionada pues amo las ferias y ir a una feria con mi mejor amigo, suena cómo lo mejor del mundo mundial.

Me detuve a mirarme al espejo, me agradaba lo qué veía.

—¿Qué te parece Pascal?—estaba sonriente. Pascal sólo me dio la espalda—¡oh vamos!, Pascal, no te enojes conmigo, ya me voy, te quiero tontito—acaricié su cabecita y salí de mi habitación.

—¿Vas algún lado?—preguntó mamá.
—Sip.
—¿Y se puede saber a donde?—dijo acariciando mi cabello.
—Vamos a la feria, ayer te dije ¿te olvidaste?—mamá sonrió.
—Tienes razón, qué distraída, ¡alto!, ¿dijiste vamos?, ¿cómo en plural?, ¿vas con alguien?, ¿con quién irás?, ¿le conozco?—me abordó con preguntas.
—Con Eugene, mamá—dije rodando los ojos.
—Oh, qué bien, cariño, ¿ya sabes qué día es mañana?—preguntó sonriente, yo la miré confundida.
—No... ¡oh no, oh no!, ¿su aniversario?, ¿es tu aniversario con papá?—mamá soltó una risita negando con la cabeza—¿el cumpleaños de papá?, ¡no puede ser!, olvide el cumpleaños de papá, ¡el horror!—mamá se río.
—No cariño, mañana te vas a lo del campamento—mis ánimos se fueron abajo.
—Lo avía olvidado—suspiré.
—Cielo...
—¿Realmente es necesario qué vaya mamá?—casi supliqué.
—Si, cielo, tu padre ya pagó el campamento, qué por cierto es muy costoso, no le puedes hacer eso a tu padre, tienes qué ir y irás, quieras o no irás...—fruncí el ceño y me cruce de brazos.
—¡Pero yo no quiero ir!—me queje.
—Lo siento cie...—la interrumpí.
—Ya me voy, adiós, no quiero seguir aquí—dije saliendo de la casa y en un acto de rabieta azoté la puerta.

Suspiré y saqué el móvil del bolsillo.

Y le marqué a Eugene.

—¿Hola?—se escucho la voz de Eugene al otro lado de la línea.
—Hola amigo, ¿qué tal todo?—saludé alegremente.
—Súper, voy llegando a tu casa.

Miré a todas partes.

—¡Genial!, estoy afuera—dije buscándolo con la mirada.
—Bien, oye te dejaré porqué estoy por ver a mi mejor amiga—una sonrisa apareció en mi rostro.
—¿Así?, ah bueno, yo igual te dejaré, porqué pasare el mejor día de mi vida con mi súper mejor amigo—Eugene estaba a unos metros de mi, con una gran sonrisa y una mano detrás de la espalda.

Colgamos y me detuve frente a la reja qué nos separaba. Automáticamente se abrió y cuando salí está se cerró.

Corrí a abrazar a Eugene.

Summer LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora