12. Novios 2/2

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Jack llevaba una camisa manga larga azul con estampado de lunares blancos, unos jeans tipo pitillos de color vino tinto y cómo calzado un par de vans blancos. Lucía realmente hermoso. Sus ojos parecían brillar y tenía una deslumbrante sonrisa.

—Luces muy linda—logró hablar luego de unos segundos; qué parecían eternos, mirándola de arriba a bajó.
—Gracias—contestó tímidamente.
—tu... también luces lindo—de inmediato sintió sus mejillas arder.
—Gracias, te ves linda sonrojada—le confesó. Rapunzel llevó sus manos a sus mejillas—¿porqué te tapas?—quitó sus manos delicadamente y le dio un besó en cada mano. Lo qué hizo qué se sonrojará aún más.
—¿Te gusta ver cómo me sonrojó cierto?
—Es qué te ves muy linda así.
—Bueno, oficialmente estoy más roja qué un tomate—comentó haciendo reír a Jack.
—Está bien, voy a tratar de no decirte lo linda qué eres.
—Si, eso no evita qué me siga poniendo roja—rieron.
—¿Nos vamos?—Rapunzel asintió.
—¿Y a dónde vamos?, dime.
—Al pueblo, hay una feria y pensé qué te gustaría—Rapunzel se emocionó mucho pero también le dio nostalgia pues le hizo recordar a su amigo.
—Me encantan las ferias.
—Qué bueno, entonces acerté—le dedicó una sonrisa.

Caminaron hasta el pueblo; qué no estaba tan lejos, y al cabo de unos minutos llegaron a dicha feria.

Jack compró unos brazaletes qué le permitía subirse a todas las atracciones e ir a todos los juegos o casas embrujadas, etc.

—¿Y a dónde quieres ir primero?
—No lo se, ¿y tu?
—Me subiría a todas las atracciones, pero me gustaría ir a la rueda de la fortuna.
—A mi también, ¡vamos!—hicieron una pequeña fila y se subieron a la montaña rusa.

Jack rodeó su brazo alrededor de los hombros de Rapunzel y ella recostó su cabeza en su hombro.

Estuvieron así por un largo rato.

—Me gusta estar aquí arriba, se siente cómo si voláramos.
—Me está dando vértigo—confesó Rapunzel mientras reía.
—¿Te dan miedo las alturas?—le preguntó.
—No, no se lo qué me pasa, nunca me avía dado vértigo—contestó.

Cuándo bajaron se fueron a sentar a una banca porqué Rapunzel se sintió mal.

—¿Te sientes mejor?—preguntó abanicándola con sus manos.
—Si, gracias Jack.
—Ni lo menciones, ¿a dónde quieres ir ahora?—Rapunzel lo pensó bien, no avían muchos juegos y avía pensado en subir a la montaña rusa pero después de lo qué le sucedió, no subiría. Decidió qué sería mejor ir a uno de esos juegos dónde puedes ganar un premió si logras darle al blanco.
—¡Ese de allí!, se ve divertido—se levantaron y fueron al puesto.

El juego consistía en dispararle a unos globos con una pistola de agua, el primero en llenarlo hasta qué exploté ganaría.

—Dos por favor—pidió Jack enseñando nuestras pulseras.
—Tenga joven—el señor del puesto le tendió las dos pistolas, cada uno tomó uno y iniciaron el juego. Al final Jack ganó—escoja el premió qué prefiera joven—dijo el señor.
—Escoge el premió Rapunzel—ella quedó atónita.
—¿Porqué si tu ganaste?—preguntó confundida.
—Si, pero yo quiero darte el premió, ¡anda, escoge lo!—la ánimo.
—Bueno, gracias Jack—miró la variedad de cosas. Avían tantas cosas, no sabía qué escoger y le llamó la atención un unicornio.
—El unicornio—el señor lo tomó y se lo entregó. Siguieron caminando mientras hablaban hasta qué vieron a un señor vendiendo algodón de azúcar.
—¿Quieres uno?—preguntó Jack.
—Si—asintió frenéticamente y Jack río.
—Ya vuelvo.
—Vale, pero no tardes.

Jack volvió con un algodón de azúcar rosado.

—Vamos a sentarnos—se sentaron en una banca. Jack pasó su brazo por los hombros de ella, mientras ella le quitaba el plástico qué le avía puesto la señora. Lo sacó y le quitó un pedazo y lo metió a su boca. Jack la miró con un sonrisa.
—¿Tu también quieres?—le preguntó en broma.
—¡Oye!—rieron. Arrancó otro pedazo y lo puso frente su boca, el abrió la boca, ella lo acercó y el se lo comió. Estuvieron así hasta qué se acabaron el algodón de azúcar.

Fueran a otros juegos y luego decidieron comer algo.

—¿Qué quieres tu?—le preguntó.
—Mm... nachos con queso y una coca cola.
—A mi también se me antoja lo mismo, pidamos unos nachos grandes y comemos los dos, ¿te parece?—ella asintió.

* * *

—Rapunzel hay algo qué necesito preguntarte—dijo sentándose y poniéndose frente a ella.
—Dime—pidió.
—Rapunzel, ¿quisieras hacerme el honor de ser mi novia?—no podía creerlo, Jack la avía llevado a la feria, pasaron una tarde excelente y luego de regresó al campamento la llevó al bosque y ahora le estaba pregunta si quiere ser su novia, ¡era un sueño!.
—¿Tu novia?, ¿qué yo sea tu novia?, ¿me hablas enserio?—Jack asintió seriamente.
—¡Si!, mi novia, ¿qué dices?—le preguntó.
—¡Digo qué si!—se lanzó a sus brazos haciendo qué Jack cayera de espaldas.
—Ups, lo siento—dijo levantándose.
—Descuida, está rama amortiguó mi caída—sacó la rama de debajo de el y lo lanzó a un lado.
—Lo siento mucho, es qué me emociona mucho ser tu novia—Jack se sentó, tomó la cara de Rapunzel entre sus manos y le dio un tierno besó en los labios.
—Y a mi me emociona mucho ser tu novio.

Jack acompañó a su novia a su cabaña y luego de compartir un dulce besó, ella entró a la cabaña y el se fue a la suya. Esa noche durmieron cómo si estuviesen en una nube. Esa noche soñaron el uno del otro. Esa noche durmieron felices.

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Summer LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora