Summer Love

8. Los juegos.

Jack

Con Hiccup estábamos jugando voleibol, contra Elsa y Mérida.

Las chicas nos iban ganando por tres puntos. ¿Porqué?, porqué yo estaba desconcertado, sólo pensaba en algo, o bueno más bien en alguien... en Rapunzel.

Avía pasado un largo rato desde qué se fue y me estaba comenzando a preocupar. Es decir, ¿cuánto te tiempo llevaría ir a la cabaña, dejar un libro y luego volver?, no mucho, las cabañas están un poco alejadas del lago pero no tanto.

Tal vez debería ir a buscarla, ¿y si algo malo le ocurrió?, pero, ¿qué le podría haber ocurrido?, la única manera de saberlo es yendo a buscarla.

Estuve tanto tiempo pensando en Rapunzel qué no me di cuenta de qué la pelota venía hacia mi, me golpeó en la frente y calló al piso. Ni siquiera me inmuté, ni siquiera sentí el golpe, me enteré cuándo Elsa exclamó preocupada: ¡Oh Dios mío, lo siento tanto Jack!, ¿estas bien?, ¿te hice daño?, ¡lo siento!, ¡lo siento!, ¡lo siento mucho Jack!.

Yo tan sólo solté una carcajada.

—Tus golpes son de niña Arendelle.
—Bueno, soy una niña. ¡Estúpido idiota!, ¡idiopido!, y pensar qué me preocupé por ti—dijo rondando los ojos, yo tan sólo me reí.
—¿Idiopido?, eres tan original—dije en tono sarcástico pero en verdad era original—qué tonterías dices Arendelle, ¿de dónde sacaste eso?.
—Invento palabras, ¡demanda me!
—Ustedes dos son muy torpes, ¿vamos a seguir jugando o qué?—dijo Mérida.
—Sigan ustedes, vuelvo en un segundo—dije y empecé mi camino a las cabañas. Vi a Tooth corre hacia mi, miré a todas partes, buscaba un lugar donde esconderme pero no avía nada, ¿y si me tiro al lago?, ya era demasiado tarde, Tooth avía llegado
—¡Jackielicioso!—¿Jackielicioso?, ¿es enserio? ¡PUAJ!.
—Hola Tooth—dije en tono cansado mientras rodaba los ojos.
—¿A dónde ibas?—colocó una mano en mi pecho.
—A buscar a Rapunzel—dije apartando su mano.
—Dime Jackie... ¿porqué quieres perder tu tiempo con esa perdedora?, cuándo puedes estar con una dulzura de mujer...
—¿Y dónde está esa dulzura de mujer?, porqué no la veo por aquí, ¡a ya se!
—Por fin te diste cuenta de qué yo...
—¡Por supuesto!, esa mujer es Rapunzel y ahora mismo la iré a buscar, así qué si me permites, me voy a buscarla—la tomé de los hombros y la hice a un lado, ¡wow!, no puedo creer qué sea tan liviana.

La dejé atrás gruñendo y pateando el piso.

Busqué Rapunzel en todas las cabañas y desde luego no la encontré ni a ella, ni a nadie.

Volví a entrar a la cabaña oso y escuché un sollozó.

—¿Rapunzel?—susurré para mi mismo.
El sollozó aumento y con el se escuchó algo estamparse contra la puerta del bañó, de manera rápida me aproximé hasta el bañó—¿Rapunzel?—dije en voz alta.
—¿Jack?, ¡Jack!, ¡Jack!—escuché su voz desesperada detrás del bañó, parecía estar golpeando y pateando la puerta.
—¡sácame de aquí por favor!—la escuchaba llorar.
—¡Tranquila!, te sacaré en un segundo.—desesperado le quité el seguro a la puerta y la abrí. Rapunzel corrió a mis brazos, se guindo de mi cuello, la apreté más en mis brazos. La escuché sollozar en mi cuello y mi corazón se me partió al escucharla llorar. Después de un rato de estar así de juntos le pregunté—¿qué fue lo qué sucedió?—cuándo su llanto avía disminuido me respondió aún sin soltarme y yo tampoco quería soltarla.
—T... Tooth—a penas logró mencionarla. Era por eso qué Tooth no quería qué fuese a buscar a Rapunzel. ¡No podía creerlo!, ¿qué clase de lunática obsesionada era Toothiana?.
—¿Ella te encerró?—pregunté para cerciorarme, porqué no lo podía creer. Yo sabía qué Tooth estaba loca pero no a ese punto, no al punto de hacer cualquier cosa por él.
—S... sí—dijo. Nos separamos sólo un poco para poder vernos a los ojos, sus lindos y grandes ojitos verdes estaban cristalizados. Tomé su rostro con mis dos manos, acunando su rostro delicadamente.—ella me dijo qué me alejará de ti y si no lo hacía, la pasaría muy mal—fruncí el ceño sintiendo varias emociones mezclarse. Enojo, confusión, y hasta un poco de miedo.
—Wow, yo... no lo puedo creer, ¿que sucede con esa chica?, no le haga caso Rapunzel, te prometo qué te protegeré y no te dejaré ni un minuto ok?—por lo menos logré sacarle una sonrisa.
—Eres tan tierno—dijo en tono tímido.—gracias por sacarme de ahí, esa puerta ni siquiera parece de madera—dijo apuntando la puerta detrás de nosotros, soltamos una leve risa—por un momento pensé qué nadie vendría a mi rescaté, pero viniste tu, gracias Jack...
—No fue nada, pensaba qué te estabas tardando demasiado y sólo me preocupé—dije encogiendo me de hombros.
—Pues gracias por preocuparte por mi, ¿nos vamos de aquí?, quiero salir de aquí—asentí y nos separamos para salir de la cabaña.
—¿Quieres ir al lago o...?
—¿Podemos ir a la cafetería?, quiero comer algo y... tal vez charlar—sonreí y tomé su manó para ir a la cafetería.

Comimos algunas galletas acompañadas de unos deliciosos Smoothies, y nos sentamos a charlar sobre cualquier cosa.

—¿Sabías qué mañana comienzan los juegos?—comenté llevándome a la boca una galleta de chispas de chocolate.
—Sí, Anna no deja de hablar de eso, está emocionada—reímos.
—Lo imaginó, te advierto qué los alces somos muy competitivos y no nos gusta perder.
—Oh, ¿enserio?, los osos también lo somos sabes—dijo levantando una ceja en forma de reto.—estoy segura de qué los osos ganaremos.
—¿Así?, bueno hagamos un trato, si ustedes pierden me...—pensé muy bien en lo qué iba a decir—¡me darás un beso!, y si nosotros perdemos, lo cual dudó...
—Y si ustedes pierden, deberás limpiar los baños—hice una mueca de asco.
—Eso es cruel, de todas maneras, ¿porqué estás tan segura de qué ganarán los juegos?, los chicos somos mejores qué las chicas en los deportes.
—Nunca vuelvas a decir eso, ¡las chicas somos tan buenas en los deportes cómo los chicos!, tal vez hasta mejor qué ustedes—dijo, cruzando se de brazos.
—Yo, no lo creo—dije tomando un sorbo de mi Smoothie.—nosotros somos mejores y ganaremos.
—Bueno, pues eso lo veremos mañana, querido Jack.
—Así será querida—luego de un segundo nos miramos y soltamos una carcajada.

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