Los 8 mundos del infinito

CAPÍTULO 7 EL ORIGEN DE CHLOE Y JOEL

- Bueno me toca explicarlo a mi, An - me dijo Chloe con cara divertida

- Espero no impresionarme más de lo que ya estoy- y me reí

- Yo soy un ser artificial, una gárgola. Vale, si, se que las gárgolas las crearon para hacer el mal y bla bla bla. Pero no, a mi no. Yo soy como... un superhéroe se podría decir, como Ironman, Spiderman algo así. En el siglo XVIII cuando yo tenía 16 años me estaba muriendo de lepra en un hospital de infectados. Y vino a visitarme un hombre con una barba blanca muy larga, era un mago, lo llamaban Merlín, el íncubo que ha dicho antes Marco. Me dijo que era demasiado joven para morirme, y que tenía algo muy especial que no se podía desaprovechar, algo así como un don mágico. Me llevó con él, a su super castillo y después de hacerme un millón de pruebas, descubrió la manera de salvarme. Me paró el corazón yo también soy inmortal jeje, me inyectó un líquido azul bastante extraño que hacía que mis extremidades pesaran el doble, y me colocó en mis ojos unas lentillas con las que podía ver perfectamente a kilómetros y kilómetros de lejos, de ahí mi extraño color de ojos verde. Y en mi espalda me rajó como haciéndome un tatuaje, le pregunté para que era eso y me dijo que para que las alas tuvieran hueco para poder salir. Que era un ser que había fabricado para poder salvar el mundo de las desgracias, que cuando pensara muy fuerte que quería salvar a alguien me transformaría en lo que él me había hecho. Y así lo hice, pero no podía luchar contra la naturaleza de las gárgolas, que estaban diseñadas para matar y me revelé contra Merlín, empecé a matar a inocentes por el día y a refugiarme en una cueva con mi aspecto humano por la noche. Estuve 10 años matando sin parar hasta que ya por fin reflexioné sobre lo que quería ser y volví al castillo de Merlín. Le dije que no podía seguir así y que no quería ser un monstruo. A pesar de todo él me ayudó. Él con su magia veía las próximas desgracias que iban a pasar y yo iba a impedirlas. Pasé de ser un monstruo a una héroina. Hasta que un día me encontré con Joel, no es mi hermano de sangre ni nada, pero como nos parecemos tanto y lo quiero como el hermano que nunca tuve, decimos que somos hermanos mellizos. Cuando le conocí Merlín no le podía acoger, ya tenía bastantes seres mágicos en su castillo. Así que me permitió mi marcha con él en busca de salvar inocentes. Hasta que descubrimos esta escuela estuvimos vagando por el mundo en busca de gente a la que salvar.

- Guau, ¿ y entonces Joel también es una gárgola?

- Es algo parecido a mi, pero no es una gárgola

- Te lo explico- me contestó Joel con cara seria

- Yo pertenezco al plano de los seres voladores, soy un dragón. Mi familia me rechazó por el simple hecho de tener el don de poder cambiar de forma, podía convertirme en humano como soy ahora, en cualquier tipo de animal, hasta en un objeto. Y yo tenía tanto rencor al mundo que solo para desahogarme mataba a la gente. Pero entonces conocí a Chloe, esa preciosa chica que me admitía tal como era, por eso la considero mi hermana, me contó que porque mi familia me rechazara no podía ir matando a inocentes que no me habían hecho nada, y que les podría demostrar que si que era diferente, pero de la manera benigna, osea siendo un héroe. Y así lo hice, íbamos por el plano de los humanos, salvando a la gente que lo necesitaba y nos consideraban héroes. Pero un día, un general de un ejército nos quería matar. Decía que nuestra naturaleza estaba hecha para asesinar y en que cualquier momento podríamos cambiar de opinión. Y en parte tenía razón, pero no llego a ser así, por lo menos hasta ahora. Nos refugiamos en nuestro aspecto humano y pedimos asilo en esta escuela, y nos aceptaron. Esta escuela, empezó siendo solo de seres mitológicos, pero ahora admiten a cualquiera, si no el gobierno sospecharía, por eso mismo solo tenemos el club y ya está.

- ¿ Qué club?

- En el único sitio donde podemos ser nosotros mismos.