¡DARIA MI VIDA POR TI!

PRIMERA ADVERTENCIA

Yoh es un agente de Asami Ryuichi, él esta al servicio del pelinegro ya sea en los negocios legales como por ejemplo estar al pendiente de la administración de los clubes y también se hacia cargo de los enemigos del Yakuza pues su otro empleo era de espía.

Cuando Takaba fue secuestrado por Feilong él pelinegro le ofreció o más bien le ordenó a Yoh que se infiltrara en la organización del dragón para saber todos sus movimientos, cumplió su tarea aunque le costo una buena paliza pues al ser descubierto lo obligaron para que dijera los planes de Asami sin embargo él era leal a su jefe por lo cual solamente lo golpearon y dejaron libre pues ya no les servía de nada.

Al recuperar Asami a su pequeño, Yoh quedó solo o más bien sin rumbo pues su empleo ya había finalizado en Hon Kong, se disponía a seguir su vida normal y regresar a Tokio para ver que lugar ocuparía en la organización de Asami pues él pelinegro le ofreció un puesto fijo en sus empresas.

No tenia ninguna sospecha de que alguien lo estuviera siguiendo, pues compró su boleto de avión para partir cuanto antes a Tokio y ayudar a Kirishima en la ausencia del pelinegro pues sabia que se había ido de viaje con él menor a Mónaco para relajarse.

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Tras ver él ruso que Asami se fue con él menor se apresuró a buscar a la persona espía que tenia él pelinegro en la organización de Feilong. Pero antes arreglo todos tramites para él funeral de Yuri. Al bajar del barco ya tenia él nombre del subordinado de Asami (Yoh), así que fue tras él...

Comenzó a seguirle los pasos y al ver que planeaba irse llevo a cabo su plan. Así que lo siguió hasta una tienda de autoservicio.

Yoh iba en un auto de color azul marino y vidrios polarizados, mientras que él ruso iba en un auto negro sin placas para evitar ser reconocido por las autoridades, pero no iba solo pues iban otros dos autos idénticos con varios de sus hombres listos para lo que fuera. Él ruso entró solo a la tienda y sus subordinados se quedaron afuera checando las puertas de emergencia por si intentaba escapar Yoh, seguía muy de cerca al empleado de Asami pues iba a todos lados pero de forma discreta para no ser descubierto. Cuando Yoh término sus compras él ruso salió del establecimiento antes y dar las ordenes y llevarse al japonés sin ser vistos.

-¿Yoh cierto?, él ruso se interpuso enfrente de la puerta del carro del japonés.

-¿Nos conocemos?, respondió el empleado poniéndose en guardia listo para defenderse pero no se percató que había alguien detrás de él.

-No pero nunca me olvidaran tu y tú jefe, finalizó al momento de que cubrieran él rostro del japonés con un paño con cloroformo cayendo inconsciente al instante. 

Se llevaron a  Yoh en uno de los autos negros sin que nadie se diera cuenta, tras una hora de viaje llegaron Mikhail y sus hombres a un edificio abandonado a las afueras de Hon Kong. Esperaron a que el japonés despertará para interrogarlo y conseguir algún dato para derrotar a Asami.

Él asistente de encontraba encadenado de pies y manos a una silla en una habitación a obscuras con solamente un pequeño faro de luz, le dolía la cabeza pues él efecto del cloroformo ya estaba pasando.

-Al fin despiertas, se escucho una voz que provenía de las sombras.

-¿Quién eres?, cuestiono Yoh de forma seria.

-¿De verdad no me conoces?

-Tú crees que lo preguntaría si lo supiera

-Ja no me parece que no así que mejor dime ¿dónde esta tu jefe?.

-Jamas te lo dire.

-No lo creo ya veras te convendra cooperar, fue lo ultimo que se escuchó pues después hubo un silencio que inundo la habitación hasta que las luces se encendieron dejando ver al ruso.

-Mikhail?, respondió dudoso él japonés pues aún no se acostumbraba a la luz.

-Así es ahora dime ¿dónde esta tu jefe?

-Jamas lo diré hagas lo que hagas no lograras sacar alguna información de mi parte.

Él ruso se acercó a Yoh para después darle una serie de golpes en las costillas y abdomen, se separó del asistente cuando se quedo sin energías para continuar por su cuenta así que les dio la orden a sus hombres para que prosiguieran.

Tras dos horas de golpes los subordinados de Mikhail pararon de golpear al japonés el cual estaba sangrando de nariz y boca y su rostro ya presentaba zonas hinchadas y de un color morado

-Ya basta, ordeno él ruso a sus hombres.

-¿Qué, ya se cansaron?, respondió Yoh sabiendo que esas palabras le costarían caro.

-No mi amigo
“amigo maldito, amigo ni lo pienses”, pensó para si mismo Yoh.

-Apenas vamos empezando, dijo él ruso con una risa sádica en su rostro acercándose a una mesa con ciertas armas pulso cortantes.

Mikhail tomó la mano del japonés y sin previo aviso cortó dos dedos de ella haciendo que Yoh contuviera un grito de dolor, pero sabia que era mejor tenerlo con una mordaza, continuó con otras partes del cuerpo sin tener alguna compasión.

-Tienes una ultima oportunidad así que aprovecha la, él ruso le quito la mordaza a Yoh él cual hacia lo posible para mantenerse consiente y con las pocas fuerzas que le quedaban le escupió en la cara a Mikhail.

Él ruso se había artado de perder él tiempo así que finalmente le dio un tiro en la cien a Yoh él cual le fue leal al pelinegro hasta la muerte. -Ya sabes que hacer con él cuerpo, ordenó él ruso a sus subordinados.

    Espero te cuides la espalda Asami y que esto te sirva para saber que voy detrás de ti y de tu pequeño.