Estocolmo

5.5K 318 70
                                    

Corrí durante calles enteras pero el seguía pisándome los talones, era muy noche y parecía que a nadie le preocupaba el escuchar a una chica pedir auxilio a las altas horas de la madrugada.
Mis pies me fallaron y caí al suelo, seguí alejándome a rastras pero una bota en mi espalda me empujo al suelo de nuevo.

- Fue divertido - dijo con voz agitada presionándome aun mas contra el suelo.

Mis pulmones quemaban por todo lo que había corrido y mi mejilla dolía debido a las pequeñas rocas que había en el suelo.
Al verme totalmente indefensa mi perseguidor se inclino a mi lado, por mi posición no podía verle el rostro y lo único que alcanzaba a ver era un crucifijo colgar de su cuello y un par de pájaros en sus clavículas.

- Buenas noches - susurro antes de que todo se oscureciera.

Trate de removerme en mi cama pero había dos problemas. Esta no era mi cama y tenia las manos atadas a mi espalda.
Con gran esfuerzo me senté y recorrí la habitación con la vista. Solo eran unas paredes blancas y dos ventanas con barrotes.
Me removí haciendo que mi cuerpo se quejara entero.

- Despertaste - era la misma voz de la noche anterior. Hacia que mi piel se erizara.

Estaba detrás de mi, podía sentir su presencia pero no quería mirar, tenia miedo de lo que pudiera hacerme.

- ¿No vas a hablar? - escuche sus pisadas cada vez mas cerca. - ¿No vas a darme los putos buenos días? - con sus fríos dedos tomo mi barbilla obligándome a mirarlo.

Al ver sus grandes ojos verdosos quise desaparecer, tenia el entrecejo fruncido claramente molesto.
No sabia el porque de su ira si yo era la que estaba atada y en peligro de muerte.

- ¿Y que quieres que diga? - le conteste de la misma manera.

- Me gusta tu actitud - Sonrió y recargo su espalda en la pared junto a la ventana.

Era claro que el se aprovecharía de mi si me portaba como una damisela en apuros.

- Vete al diablo - gruñí por lo bajo.

Mi madre me haría lavarme la boca con jabón si pudiera escucharme.

- Linda presentación - camino despreocupadamente hacia mi y sin esfuerzo alguno me puso de pie. - Basta de charlas, tenemos trabajo - con una mano en mi cintura me ayudo a caminar.

Era mucho mas alto y fuerte que yo, un enfrentamiento cuerpo a cuerpo no era una opción.
No sabia a que se refería con trabajo pero la expectativa hacia que mi estomago se revolviera.

- Hora de un baño - empujo una vieja puerta de madera mostrando un baño igual de viejo.
- ¿Que hacemos aquí? - mis piernas temblaban como gelatina

Estaba cerca, ya que al reír sentí su aliento en mi nuca. Me dio un empujón mas y nos encerró en el baño.

- ¿Cuando fue la ultima vez que te dieron un baño? - arqueo una ceja
- No te atrevas a tocarme - di un paso atrás chocando con el lavamanos.

Sin previo aviso con sus grandes manos bajo mis pantalones, proteste pero tomo mi cintura con sus manos obligándome a quedarme quieta.
Cuando la prenda estuvo en mis tobillos, el extraño paseo sus manos por mis piernas despreocupado. Temblé por su tacto.

- Tienes bonitas piernas - Se coloco detrás de mi.

Con el espejo frente a mi podía vernos a ambos, el no estaba nada mal pero ¿No tenia que pensar eso mi raptor, verdad?

- No las toques - lo mire atravez de el espejo.
- Puedo hacer lo que yo quiera - aparto mi cabello dejando mi cuello al descubierto - ¿Quieres que lo deje claro? - con sus ojos clavados en los míos con lentitud dejo un beso en mi hombro.

Imaginas De Harry Styles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora