Hugo nos estaba esperando en la puerta de su casa. Todo estaba como lo recordaba, el maldito ambiente húmedo típico de Río de Janeiro y Ashley sentada en el mismo sofá de cuero negro en el que estaba sentada cuando vine aquí por primera vez, con su larga melena rubia recogida en un moño muy mal hecho que dejaba varios mechones sueltos. Aún así la maldita estaba fabulosa.
- Hola - Sonrió, girándose para recibirnos.
Que ahora ella estuviese "enamorada" de Hugo no me hacía olvidar lo que nos hizo, y sé que nunca se lo perdonaría. Ed obviamente sabía que me había reencontrado con ella, y en lugar de quebrarse, lo que dijo fue: "Me enorgullezco de que me hables de ella y no sienta nada, es lo que ella se merece por romper mi relación con papá". Acto seguido soltó un par de lágrimas sin disimulo alegando que aún notaba las asperezas de su relación con nuestro padre. Nunca entendería la clase de dolor por la que mi hermano pasó, pero él era mi mejor ejemplo a seguir en los momentos difíciles, él era fuerte.
- Hola, Ashley - Jake saludó por ambos, estaba tras de mi - Creo que ya conoces a Victoria, mi prometida.
- Hugo me lo comentó y flipé, no me creía que estuvieses prometidos - Se levantó del sofá - Enhorabuena a ambos, sois una pareja preciosa.
Sin nada más que decir por parte de ninguno de los tres me senté en el sofá que había frente a la televisión junto a Jake, dejando a Ashley a nuestro lado derecho y Hugo trajo unos muffins de colores que nos comimos entre todos. Estaban realmente deliciosos.
- Hijo, ¿podemos hablar en privado un momento?
- Claro - Acto seguido ambos se levantaron dirigiéndose a una habitación al lado del comienzo de las escaleras y nos dejaron a Ashley y a mi solas en la sala.
Vimos la televisión de plasma frente a nosotras en la que estaban echando un programa de cambio de imagen estadounidense en el que la presentadora se parecía bastante a Brenda Song, sí, la de Hotel dulce Hotel. Ah, querida infancia.
Sonreí melancólica y estuvimos viendo el resto del programa hasta que Jake salió de probablemente el despacho de Hugo, ya que había logrado ver desde mi sitio un par de estanterías y una mesa con un ordenador sobre ella.
- ¿Nos vemos esta noche, no?
- Claro, papá. Ahora, si nos disculpáis, quiero llevar a Victoria a dar un paseo por las afueras - Me levanté del sofá y Jake me agarró la mano - Nos vemos esta noche.
Estuvimos en el coche por más de veinte minutos que se hicieron eternos, por lo que di una cabezadita, y cuando abrí los ojos de nuevo, estábamos en un acantilado vacío. Sólo se escuchaba a las olas romper contra las rocas y el sonido de las hojas de los árboles que nos rodeaban cuando se chocaban unas con otras.
Bajamos del coche en completo silencio y Jake se sentó en el capó cruzándose de brazos, únicamente apoyándose en el capó.
- Tengo algo que decirte - Murmuró cabizbajo - Es algo malo y difícil de comprender, y no sé ni por donde empezar.
- Puedes empezar por el comienzo - Intenté aliviar la tensión soltando una risilla.
- Tengo una pregunta para ti, Vic - Levantó la mirada y me miró unos segundos en silencio antes de hablar - Si te dijese que sería probable que no me vieses más, ¿qué harías?
El silencio que continuó esa pregunta fue abrumador, escuchaba mi corazón latir más rápido que de costumbre y al momento noté mis mejillas aguarse debido a mis lágrimas. Mi corazón se estaba resquebrajando, ¿no estábamos bien?
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Prohibido
Storie d'amoreVictoria y Jake eran tan distintos. Victoria era alguien de buena familia, y a diferencia de todas aquellas heroínas de las obras, ella no tenía un pasado tormentoso. Pero Jake sí lo tenía. Un pasado, un presente y un futuro en el que Victoria q...