ÁMAME

Sesshomaru: Ira

Sesshomaru

Un año atrás.

Lo que menos quieres en toda tu vida es el enamorarte de la novia de tu hermano menor.

Un día de la nada, Inuyasha se presenta en la casa y nos presenta a su nueva novia. Kagome Higurashi, una chica de cabellera abundante y negro con tonos azulados, menudita y tés cremosos. Muy linda y educada para solo ser la heredera de un templo cualquiera.

Si, palabras fuertes solo para la primera impresión.

Desde el primer segundo en que la vi pisar el suelo de la entrada mi corazón dio un sobresalto. Juro que incluso vi estrellas a su alrededor.

Durante las horas que paso a su lado me siento cómodo e inquieto. Cuando se levanta no puedo evitar ponerme de pie, cuando me mira inquieta pongo una cara de disgusto pero en mi interior me siento como un pavorreal. Me luzco para mis adentros.

Siento como se incomoda cuando estamos solos en la sala, me encanta la forma en que se refunde más y más en el sofá, buscando con la mirada a Inuyasha. Quiero reírme de lo tierna que se ve. Parecemos el Gato y el ratón.

-Y bueno ¿Qué estudias? –le pregunto cruzándome de brazos, queriendo intimidarla más.

Se refunde más y juega con sus dedos.

-Preparatoria.

Simulo algo como el disgusto y ella se tensa.

-¿Por qué te tensas tanto?

-¿Por qué preguntas tanto? –se repuso y me miro a los ojos.

De acuerdo tengamos una lucha de miradas. Yo la desafié, ella titubeo pero se repuso entre serrando sus ojos color chocolate. Demonios con lo que me gusta el chocolate. Mi siguiente movimiento fue sacar el pecho, ponerme más recto y como toque final, mi mirada de hielo. Ella me sostuvo la mirada cinco segundo, su respiración se entre corto y aparto la mirada sonrojada.

Bien, punto para mí.

Y porque no, uno para ella también, nadie me sostiene la mirada más de cinco segundo cuando saco mi mirada de hielo.

Estaba por preguntarle otra cosa cuando Inuyasha se sienta a su lado, la toma de la barbilla y le planta tremendo beso, húmedo y asqueroso, el peor beso que he visto.

Ella le golpea el pecho tratando de detenerlo, pero mi inútil hermanito no le hace caso. Cuando se logra separar, Inuyasha se la está comiendo con la mirada.

Eso me irrita, como quisiera golpear a mi hermano y demostrarle como se debe besar.

La tomaría con rudeza, la aplastaría contra el sofá, aria que me rodeara la cintura con sus largas piernas, las acariciaría, metería mi mano bajo su falda hasta su intimidad, le diría que lo desea tanto como yo y por último la besaría con delicadeza y tomándome mi tiempo.

-Sesshomaru te estoy hablando –Inuyasha se puso frente a mí, chasqueando los dedos a pocos milímetros de mi rostro -¿En qué piensas?

Oh demonios ¿por cuánto tiempo me fui?

Ummm si supieras en que estoy pensando.

-¿Qué quieres Inuyasha? –conteste malhumorado, nadie, entiendan bien, nadie me saca de mis fantasías exprés con la novia de mi hermano.

Ok, tal vez eso de las "fantasías exprés" con la novia de mi hermano no es tan bueno. Uno por que estamos en pleno día como para tener una erección y dos por el simple hecho que fantaseo con la novia de mi hermano menor.