Kagome.
Solo una semana bastó para que callera ante Sesshomaru.
Una semana de estarlo evitando, de estar evitando esas mariposas que inundan mi estomago cada vez que pienso en él.
Todo se fue a la nada en el mismo momento en que se puso detrás de mí. El mismo minuto en que toco mí estomago, mis caderas, mis muñecas, mi cuello y mis labios.
La sensación de besarlo es algo inimaginable. Sentí como mi cuerpo perdía peso, como si mi espíritu saliera de mi cuerpo y flotara.
Me deje llevar por sus besos y me entregue a él de una forma que no lo había hecho con anterioridad.
Pensé que solo estaba bromeando con migo pero sus besos y sus caricias me dicen que no bromea. Él me quiere. Me lo asegura. Y quiero creerle.
Pero aun así tengo mucho. Mucho. Miedo.
Aun no estoy segura de mi misma.
Acabo de perder a mi huevito. La persona que ame ahora la odio y deseo que se pudra en el infierno y para echar más sal a la herida, Sesshomaru es su hermano mayor.
Tal vez no debería tener estos sentimientos. Es más que claro que me atrae. Demonios me gusta. Pero está mal, algo en mi cabeza me lo dice pero mi corazón me anima a darnos una oportunidad. Tengo que hablar con la Señora Tachibana antes de que esto se me salga de las manos.
El olor de la comida quemándose hace que deje de mirarlo a los ojos.
-Demonios –siseo alegándome de él. Gateo hasta la estufa y la apago.
-Te vez linda cuando gateas –dice, riéndose. Se está riendo de mí. ¡De mi!
-Por tu culpa se quemo la comida – le dijo tratando de alegar el tema. Y de paso alegarlo a él.
Dios se ve sexi ahí en el suelo de la cocina, con los brazos al aire pidiéndome que vaya a él.
No Kagome. Reacciona. Prioridades. No debes.
Y tu prioridad es la cena. Creo.
-¿Pedimos algo para cenar? –pregunta poniéndose de pie.
-¿Pagas tú?
-Quien si no –ríe a mis costillas.
Esas sonrisas de medio lado son las que me roban el corazón.
Vamos corazón deja de latir, pero no mucho, aun no quiero morir.
Sesshomaru llamo a un restaurante. Sushi para ser exactos. Me conformaría con una sopa instantánea pero a él le gusta el pescado.
La cena fue linda. Me gusta cenar con compañía a alguien. Cuando vivía ola –y tenia privacidad-, comía sola. Ahora con él asiéndome compañía ya no me siento tan, emm, ¿Cómo se diría? ¿Solitaria? ¿Abandonada?
Bueno sea como sea, me siento mejor a su lado.
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Al día siguiente falte a clases.
No es que se me este dando ser una baja, solo que las chicas de mi escuela empiezan a preguntar y a crear chismes respecto a Inuyasha. Pronunciar su nombre aun me revuelve el estomago y hace que se me reviente la bilis.
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ÁMAME
FanfictionEsta historia no es plagio, Ámame fue una historia que compartí con otras lindas personitas en otra pagina bajo otro nombre de usuario (UsaharaYui), si tengo la suerte de que alguna de esas lindas personitas anden por aquí, quisiera aclarar el punto...