Entre explosiones
*Sophía*
---Hemos perdido la comunicación con el equipo de rescate---Informó el oficial Alcántara.
---Prepara las patrullas, saldrán en una hora si no han restablecido la comunicación.---Ordenó Sophía Torres, jefa del departamento de policías. Caminaba rápidamente hacia su oficina---Por ahora, sigan intentando.
---Jefa, malas noticias---Dijo una mujer, siguiendo a Sophía. Entraron en la oficina.
--- ¿Qué sucede, Rodríguez?---Preguntó, sentándose frente a su ordenador.
---El presidente... se ha ido... salió ayer en el primer vuelo a España. No quiso dar la cara... todo es un desastre...---Respondió la mujer---Los periodistas están hechos un caos. No saben qué decir para calmar al país...
---Era de suponerse que ese imbécil saldría corriendo asustado---Comentó Sophía, sus dedos se movían rápidamente sobre el teclado.--- ¿Y la Guardia Nacional?
---En las calles, igual de confundidos. Aunque una gran parte también se marcharon---Respondió Rodríguez.
---Intenta contactar a los alcaldes, por favor---Ordenó Sophía, intentando mantener la calma. La otra mujer asintió, saliendo del lugar.
La oficina estaba toda desordenada. El escritorio estaba lleno de archivos. Sophía se sentía cansada, llevaba dos noches sin dormir desde que todo comenzó. De momentos sentía que esta no era su responsabilidad, pero no podía dejarlo. No estaba segura si quería convertirse en la heroína de su país, que todo México le rindiera homenaje a su nombre, o si sólo era su impertinente corazón queriendo salvar al mundo. Un pitido en su ordenador la sacó de sus pensamientos. Al mirar, vio un punto rojo en la pantalla, señalando una ubicación en el mapa de la ciudad. Se levantó de su asiento y salió del lugar.
--- ¡Prepárense todos. La alerta de explosivos apareció nuevamente! ---Anunció Sophía en voz alta y firme. De inmediato, todos dejaron lo que hacían y abandonaron la estancia. Ella los siguió. Entraron en una sala diferente en la cual había dos puertas. Una, daba a la armería y en la otra estaban los equipos de protección. Sophía entró en la segunda, junto con otros; rápidamente se colocaron todo lo necesario. Y fueron de prisa a la armería.
Unos minutos después veinte patrullas salieron a la ciudad. Una de ellas era conducida por Sophía. Antes de salir les había dado las direcciones a los demás del lugar.
Ya estaban cerca. En la pequeña pantalla del aparato de rastreo de la patrulla, el punto rojo emitía un sonido cada vez más fuerte. Detuvieron las patrullas a una distancia considerable del lugar y continuaron a pie. No había ninguna edificación cerca, sólo campo. El sol estaba en lo alto, imponente como siempre. Sophía daba órdenes por la radio a sus compañeros que habían ido a evacuar los pueblos más cercanos.
---Estamos en el lugar que marca el punto---Dijo por lo bajo un policía un poco más al frente. Sophía frunció el ceño
--- ¿Estás seguro, Martínez?---Preguntó ella, acercándose a él. Él asintió, mostrándole la pantalla. Efectivamente, estaban justo en el punto. Todos levantaron las armas, mirando en todas direcciones. Alrededor todo parecía tranquilo. La única vegetación era un poco de hierba un poco seca por el sol. Los árboles más cercanos parecían estar a kilómetros de distancia, a la par con las montañas. No había nadie cerca, sólo los aproximadamente 40 policías. No parecía haber ninguna amenaza.
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The Last Souls
Художественная прозаEl caos llegó silencioso a las ciudades. Mientras todos dormían. Ataques inexplicables, muertes escalofriantes. Criaturas que parecen ser de otros mundos... ¿Qué sucede? ¿Hay alguien detrás de esto? ¿Es este el fin del mundo? ¿Quién va a salvarnos...