Perros Subterráneos
*Alanna*
Todos estaban alertas, todos uniformados, incluso Alanna. Esta miraba a la pared, intentando olvidar todo lo sucedido. Pero se le hacía imposible... esa niebla... lo que vio... Cerró los ojos. Se preguntó qué habrían visto los demás... Las imágenes sangrientas aún palpitaban detrás de sus párpados, haciéndole sentir escalofríos.
---Si esos miserables le llegan a hacer daño a George...---Escuchó la voz rotunda de Bastian. Abrió los ojos, concentrándose en el plan que este explicaba. A su lado estaban Jeff, y la mujer que habían atrapado. Esta se veía diferente; sus ojos ya no inspiraban odio, esta vez, parecían asustados. Su semblante parecía más sano que cuando llegó.---Lilah nos llevará al lugar donde se lo llevaron.
--- ¿Lilah? ---Preguntó Amber, sarcástica. --- ¿Así se llama ésta loca?
---Así le llamaremos, puesto que ha olvidado su nombre---Respondió Bastian. Parecía calmado, actuaba como si nada le afectara, pensó Alanna. Pero algo en él, en su voz delató que tenía los nervios de punta.
---No te has detenido a pensar... ¿Si es una trampa? ---Intervino Jessey, cruzándose de brazos---Yo no me trago el cuento ese de que de la noche a la mañana está más humilde. ¿Se te olvida todo lo que nos dijo? ¡Es una loca!
---No, Jess. No lo olvido. Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. Además, somos un grupo grande, muy bien preparados. Armados. Lilah ya no está... "drogada" y la única loca aquí es ella.---Respondió Bastian, haciendo un gesto hacia Alanna. Esta lo fulminó con la mirada, sintiendo ganas de lanzarle una piedra.
---Phil aún no está en condiciones para salir, John y Keyla se están alistando, y Benjamine... Está bien, pero no quiere enfrentarse a este peligro---Dijo el chico Patrick, entrando al lugar y colocándose un chaleco antibalas. Alanna sintió una punzada en el pecho. Ese nombre John... la esperanza creció en ella de nuevo, se imaginaba que vería a su hermano en ese lugar.
Se dirigió a la mesa donde descansaban diferentes tipos de armas, las observó con cierta ternura. Le gustaban mucho, aunque nunca había disparado una. El recuerdo del encuentro con el oficial muerto volvió a ella y sintió escalofríos.
---Te recomiendo que uses estos...---Bastian estaba a su lado, tomó unos cuchillos largos y se los tendió. Ella negó con la cabeza.
---No vamos a una carnicería---Dijo Alanna, mirando los cuchillos.
---Técnicamente, si. Ten... ¿O prefieres quedarte aquí?---Preguntó él. Alanna levantó la mirada hasta encontrar la suya. Se sorprendió lo alto que era.
---No quiero herir a nadie, mucho menos matar---Dijo ella, sin apartar la mirada, él suspiró.---Pero sí, quiero ir.
---Qué tierna. Pero, inevitablemente, vas a tener que lastimar, incluso matar unas cuantas criaturas, y quién sabe... a personas, si es que ellas son las responsables de todo esto. Así que... si quieres venir, pelear y vengarte de estos asquerosos seres... debes tomar estos cuchillos, y enfrentarte a lo que venga con valor ---Dijo él, volviendo a extender los cuchillos hacia Alanna. Ella los tomó, a regañadientes.---Somos humanos, Alanna... Lastimar y destruir es lo que siempre hacemos, aún sin que esa sea nuestra intención.
---Si, pero no tiene que ser así... ¿Por qué debe siempre haber sangre?---Preguntó ella, aún mirándole.
---¿De qué otra manera resolvemos todo esto? ¿Invitándoles un café y conversando como seres civilizados?---Preguntó él, sarcástico. Ella puso los ojos en blanco---Ellos nos arrebataron a las personas que amábamos... fundieron nuestros hogares... destruyeron todo... ¿No quieres vengarte, sino mostrarles piedad?
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The Last Souls
General FictionEl caos llegó silencioso a las ciudades. Mientras todos dormían. Ataques inexplicables, muertes escalofriantes. Criaturas que parecen ser de otros mundos... ¿Qué sucede? ¿Hay alguien detrás de esto? ¿Es este el fin del mundo? ¿Quién va a salvarnos...