Capítulo 8

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*Niebla*

*Bastian*


Subieron hasta el tercer piso de la edificación. La mujer seguía murmurando cosas como "Ya vienen. Ya están aquí. Morirán todos", seguido por carcajadas escalofriantes. Bastian tenía una mueca de asco en su rostro, puesto que el olor que desprendía esta mujer era insoportable. Olía a sudor, carne muerta, y a sangre. –La sangre no tiene olor, tonto- Se dijo a sí mismo, intentando distraerse. Miró en dirección a Jeff; este apretaba la mandíbula fuertemente, mirando al frente. Con su mano libre llevaba la linterna, que proporcionaba buena luz. Abrieron las enormes puertas de la sala de cuarentena.

Allí adentro olía a muerte. Bastian se preocupó.

---¿Crees que...? ---Empezó Jeff, susurrando.

---Definitivamente si. Seguro no dio tiempo de sacarlos durante el ataque...---Susurró Bastian, respondiendo a la pregunta que Jeff no acabó de formular. Fueron hacia el ala derecha, eligiendo la última habitación del pasillo. Al quitar el seguro de la puerta y entrar, se encontraron con el cadáver de un niño; estaba en el suelo, cerca de la puerta. Su boca estaba entreabierta, sus ojos miraban al techo. Su piel estaba morada, tenía agujeros, y entre estos, los gusanos se daban un festín, y las moscas danzaban sobre su cabeza. Jeff alejó la luz del cuerpo; Bastian, sintiendo escalofrío y un poco de pánico acabó de entrar en la habitación. Con dificultad, acostaron a la mujer sobre la camilla, atando sus muñecas con las cuerdas que Jeremy les había proporcionado.

---¿Crees que aún estaba vivo cuando llegamos a este lugar?---Preguntó Jeff, mirando en dirección al niño, intentando mantener el aire todo el tiempo posible.

---Supongo que de ser así, hubiese gritado, y lo hubiésemos sabido, ¿No crees?---Respondió Bastian.

---Tal vez se había cansado de gritar y que nadie subiera a ayudarle... Incluso, tal vez muchos estaban inconscientes para cuando todo sucedió y...

---Jeff, basta. Ya no tiene caso pensar en ello. Están muertos ahora---Le interrumpió Bastian, mirándolo fijamente. El muchacho asintió.

---Son estúpidos---Escupió la mujer, de pronto. Sonriendo.

---Cuéntanos, preciosa. ¿Por qué somos estúpidos?---Preguntó Bastian, sarcástico. La mujer lo ignoró---Quiero quemarla en este asqueroso cuarto.

---No, no puedes---Dijo Jeff, mirando a la mujer--- ¿Quién le habrá dejado la cara así?

---Tal vez ella misma.---Respondió Bastian, restándole importancia---Tal vez sólo sea una mujer traumada, que perdió la cabeza después del ataque. No lo sé, ya no me importa.---Bastian se alejó de la camilla.

---Hey, no debemos dejarla sola. Debemos hacer que hable---Lo detuvo Jeff, cerrándole el paso.

---Bien, quédate aquí, cuida de ella. Trénzale el cabello mientras te cuenta historias estúpidas---Se burló Bastian. Empujando a Jeff---Yo me harté.

--- ¿Qué diablos te pasa? Deja de portarte como un niño malcriado---Dijo Jeff, levantando la voz. Bastian se giró en su dirección, mirando a los ojos al chico.

---Deja de meterte en mi vida, niño. Ocúpate de tus asuntos, y no te vuelvas a cruzar en mi camino---Dijo Bastian, con una terrible tranquilidad en la voz.

---Bien, lárgate.---Jeff le dio la espalda, acercándose de nuevo a la camilla. Bastian suspiró. –¿Qué me pasa?- Se preguntó él mismo. Suspiró, negando con la cabeza y salió de la habitación.

The Last SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora