Capítulo 3

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De Cacería

*Bastian*


---Saldremos esta noche, debemos atrapar al menos una de esas malditas bestias---Bastian iba repartiendo las armas a cada uno de los presentes. Tenía un extraño brillo en sus ojos, y sonreía de una forma asesina.

---Ya llevamos tres días en esto, Bastian. Keyla y John salieron heridos. ¿Cuántos más de nosotros deben caer para que detengas esta estupidez?---Se quejó Jeff, un joven de aspecto débil, pero cuya habilidad para el manejo de armas era superior al de cualquiera allí, entre ellos. Bastian se detuvo frente a él y le miró. El chico era dos cabezas más bajo que él.

---Si tienes miedo, Jeff Corson, puedes quedarte en el refugio. Pero no nos quedaremos de brazos cruzados mientras esas criaturas asquerosas destruyen todo lo que nos queda---Dijo Bastian, frunciendo el ceño y levantando su voz grave. Sentía la rabia oprimir su pecho. ---Sin contar, claro, que ya han acabado con casi todo. Incluso... han asesinado a nuestros seres queridos.

               Varios de los que estaban allí bajaron la vista hasta sus pies, incluyendo a Jeff. Bastian lo miró por unos segundos más, y sonrió triunfante, entregándole el arma. Le gustaba causar ese tipo de sentimiento en las personas. Se sentía poderoso cuando sus palabras helaban a cualquiera. Intimidar a los demás era su pasatiempo favorito. Ninguno de los que se hallaban allí con él conocía su historia antes de la tragedia, nadie sabe si vivía en otra ciudad o incluso en otro continente. Si era un civil correcto, un oficial de policía o un delincuente. Nadie le conocía. Pero él sabía la historia de todos. Le dejaron a cargo cuando se dieron cuenta que a pesar de ser el más imbécil de todos, era el más valiente y el que mejor estrategias creaba.

---Bien, aún faltan unos minutos para que el manto de la noche caiga sobre nosotros. Preparen lo que llevará cada uno.---Empezó a ordenar Bastian.--- Linternas, agua, frutos secos, municiones. Todo. Rebecca, tú llevarás el botiquín de primeros auxilios y te quedarás en la camioneta. Doctor Anderson, usted se quedará en el refugio, atento por si alguno de nosotros llega herido, Patrick se quedará con usted para ayudarle. Sussan, Jeremy y Phil, ustedes son los más rápidos, vayan al frente. Jeff y yo iremos luego de ustedes; Jessey y Amber, una vez que lleguemos al centro ustedes dos buscarán sobrevivientes.

              Todos asintieron y se pusieron a preparar mochilas. El Doctor Anderson le hizo un gesto a Bastian para que se acercara.

---¿Necesita algo, doctor? ¿Quiere que pasemos por alguna farmacia?---Preguntó Bastian, ajustándose el cinturón de armas.

---Necesito que recapacites---Respondió el doctor. Bastian levantó la mirada, sorprendido---Mira, sabes que te tengo mucho respeto, y que te seguiré a donde vayas. Pero esta... es una misión suicida. No está en tus manos arreglar este desastre, Bastian.

---George---Dijo Bastian, llamando al doctor por su nombre, cosa que casi nunca hacía---Si no lo hacemos nosotros, ¿Quién más lo hará? ¿En manos de quién estamos? ¿Del gobierno? ¿De Dios?---Bastian hizo una pausa, sonrió irónico y prosiguió---A lo primero, dudo que hagan algo. Nunca hicieron nada por su país, tal vez estén muertos. A lo segundo, ya perdí la fe. ¿Para qué tenerla? ¿De qué te sirve tener tanta fe? No, George, hace tiempo que dejé de ser tan crédulo con el tema religioso. Es una pérdida de tiempo. Si quieres hacer, o cambiar algo, debes hacerlo tú, por tu cuenta, no esperar a que un ser supremo que, quién sabe, tal vez ni exista realmente, resuelva todo por nosotros. Al final... nada ocurre, nos gastamos el tiempo esperando un milagro, en lugar de buscar soluciones. Y viendo todo lo que está pasando... dudo que alguno de los que estamos aquí siga siendo religioso.

The Last SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora