En La Oscuridad (Completa Y Corregida)

Graduación

Desperté por el leve resplandor que se colaba a través de la cortina de mi ventana, sintiéndome mucho mejor de lo que me sentía ayer.

Y, por primera vez en varios meses, no había soñado nada en absoluto. Me sentía descansada y un poco renovada.

Miré a Mel, quien seguía plácidamente dormida, luciendo como un revoltijo: todas las sábanas y cobijas se enredaban alrededor de sus piernas y brazos. Al parecer, las sábanas y cobijas quieren tomar control sobre su esbelto cuerpo. Sonreí ante ese pensamiento.

Miré el reloj de mi mesita de noche, viendo que marcaba las siete de la mañana; la graduación sería a las diez de la mañana y la fiesta sería a las seis de la tarde. Había tiempo de sobra para hacer todo y nada la vez.

Decidí levantarme con cuidado e ir a la cocina por algo de comer, preparándole algo a Mel también; antes de hacerlo, entré al baño y lavé mis dientes. Salí con cuidado de mi habitación, bajando las escaleras y entrando a la cocina.

Al cruzar la entrada, me quedé estática en mi lugar al ver a mi primo, sentado en una de las sillas del comedor con una tranquilidad impasible, mirándome con una sonrisa.

- Sorpresa. - Levantó sus manos como si estuviese celebrando mientras yo sólo pude salir corriendo hacia sus brazos, viéndolo levantarse de su asiento para recibirme.

- ¡Llegaste! - Lo abracé con fuerza mientras él acariciaba mi espalda y reía en silencio.

- Quería darte la sorpresa, enana. Hoy te gradúas. Eso no se ve todos los días. - Me separé de él, asintiendo con una sonrisa.

- ¿A qué hora llegaste? Es muy temprano aún. - Levantó sus hombros, restándole importancia.

- No me molesta madrugar o trasnochar para ver a mi enana. - Reí un poco.

- Eres idiota. - Rió con suavidad, mirándome sin inmutarse.

- Pero soy tu idiota favorito y así me quieres. - Reí a un tono moderado, negando en silencio.

- Mi idiota favorito es mi novio. Tú eres mi segundo idiota. - Rió con fuerza esta vez, causando que cubriera sus labios con rapidez, frunciendo mi ceño.

- Despertarás a todos, genio. - Dejó en blanco sus ojos, quitando mi mano de su boca.

- Mis tíos ya saben que estoy aquí. ¿Cómo crees que entré? - Lo miré con obviedad.

- ¿Porque tienes llaves tal vez? - Asintió pensativo, dándome la razón.

- Tienes un punto, pero aún así, mi tío salía cuando llegué. - Asentí, pensando en eso.

- ¿Qué hora era? - Se quedó pensando otro momento.

- Creo que debían ser las cinco y treinta o seis de la mañana. - Asentí algo pensativa, separándome de él, acercándome a la nevera para sacar algo para preparar.

- ¿Estás bien? - Asentí en silencio, tratando de hallar una respuesta.

- La verdad es que no lo sé, Jack. Estoy bien pero me siento algo extraña. - Suspiré con cansancio.

- ¿Extraña cómo? - Me giré, mirándolo en silencio.

- ¿Alguna vez te ha pasado que sientes que algo sucederá, pero al mismo tiempo no sabes qué, y sientes que te falta otra cosa para poder saberlo? - Asintió algo pensativo, intentando comprender mi propio enredo. - Bueno, así me siento.

Jackson guardó silencio unos segundos y suspiró. Yo me giré a terminar con lo que iba a comenzar, sintiendo su mano en mi hombro a los pocos segundos.