Corey

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Abrí mis ojos, fijándolos en el techo, con un lugar específico en mi mente: Compañías Kirkpatrick, S.A.

Suspiré, girándome con cuidado en la cama, descubriendo que me encontraba sola. ¿Dónde está Thomas? Miré a mi derecha, hacia las ventanas de la habitación, dándome cuenta que el cielo todavía seguía algo oscuro; me levanté de la cama con sigilo y cuidado, llevando conmigo la sábana.

Me acerqué a la ventana, observando el paisaje que seguía siendo blanco con negro y, por lo que veo, el frío que hace afuera debe matar.

Mi corazón latió con rapidez contra mis costillas al sentir unas manos en mi cintura, pero calmó su ritmo igual de rápido al recordar que son las manos de mi bello esposo.

Mmm, esposo. Se siente extraño decirlo, pero a la vez se siente maravilloso.

- ¿Qué haces despierta a esta hora? - Sus palabras rozaron la piel de mi cuello como una cálida brisa. Cerré mis ojos, dejando que su esencia inundara mis fosas nasales.

- Desperté sola y sin sueño. - Sentí su risa silenciosa en mi hombro desnudo mientras dejaba un pequeño beso en él.

- Lamento haberte dejado sola, pequeña. Necesitaba alimentarme. - Asentí en silencio, levantando una de mis manos para enredar mis dedos en su cabello, pegándolo más a mí, disfrutando de él hasta en lo más mínimo.

- No entiendo qué me sucede. - Sus labios rozaban mi cuello, mordiendo con suavidad el lóbulo de mi oreja, para luego rozar sus labios por mi mandíbula; me sentía en fuego vivo.

- ¿A qué te refieres? - Un pequeño suspiro placentero escapó de mis labios.

- Quiero hacerte el amor otra vez. Me siento con las hormonas a mil. - Escuché su risa cerca a mi oído, haciéndome girar para poder vernos frente a frente.

- No eres la única que se siente así, pero si quieres seguir caminando, será mejor que controlemos a tus hormonas. - Reí en sus labios, dándole un pequeño beso.

- ¿Qué hora es? - Se separó un poco de mí, fijando su mirada en mi rostro.

- Cuatro de la mañana. - Asentí algo pensativa, queriendo saber algo.

- ¿Sabes dónde encontrar a Corey? - Suspiró en silencio, haciendo un más o menos con su cabeza.

- Tu abuelo dijo que tendrías un indicio. Con eso podré defenderme; ¿lo tienes? - Asentí.

- Compañías Kirkpatrick, S.A. - Thomas asintió, levantándome del suelo, acostándome sobre la cama nuevamente.

- Procura dormir ahora. A las nueve de la mañana saldremos en su búsqueda. - Asentí, intentando conciliar el sueño pero no lo conseguía.

Mi estómago me hacía entender que tengo mucha hambre, haciéndome sentir sin sueño.

- Thomas, tengo hambre. - Lo miré con ojos de cachorrito, escuchando su risa suave.

- Está bien. Iré a ver qué consigo para mi hambrienta esposa. - Se levantó de la cama, colocándose su abrigo. - Vuelvo enseguida.

Dejó un beso sobre mi frente y desapareció de mi vista, dejándome en total silencio. Me senté en la cama, intentando distraerme, pero jugar con mis dedos no está funcionando. Decidí levantarme, buscando mi celular; de paso aprovecho y me coloco algo de ropa encima.

Me acerqué a mi maleta, buscando algo cómodo y ligero, pero toda la ropa que había traído era para este frío y quedarme en interiores no es una gran idea. Decidí buscar entre la maleta de Thomas, encontrando una camisa blanca, algo grande pero perfecta para mí.

En La Oscuridad (Completa Y Corregida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora