- De acuerdo, lo haré, pero no será hoy. - Un sonido frustrado escapó de mis labios al escuchar su negativa.
- ¿Por qué carajos eres tan terco? No te cuesta nada hacerlo. ¡Maldición!
Me alejé un poco de él, comenzando a caminar de un lado para otro, intentando aplacar mi malestar. Está bien, entiendo que le dé miedo lastimarme pero sé que no lo hará.
¿Por qué me siento tan frustrada? ¿Acaso se debe al hecho de pensar en que Thomas podría clavar sus colmillos en el cuello de otra? Ugh, eso también me molesta. Respira, Camila, respira.
Miré a Thomas, viendo que me observaba con diversión.
- Tú... ¡Esto no es gracioso, Thomas! - Mis brazos se movían con rapidez. - Debes alimentarte y desprecias mi sangre.
Así que eso era: me sentía rechazada. Él se acercó a mí, deteniendo mi avance y locura, mirándome con incredulidad.
- ¿Crees que no bebo de ti porque no me gusta? - Asentí con cierto enojo. - Por favor, Camila. Sé razonable. Estás comportándote como una niña pequeña, haciendo berrinche.
- ¡Y tú te estás comportando como un completo imbécil! - Me miró con seriedad, casi incrédulo.
- ¿Qué dijiste? - Inspiré con pesadez, dejando caer mis brazos.
- ¡Nada! - Me hice a un lado de él, comenzando a avanzar hacia el bosque.
- ¡¡Camila!!
Sí, me estoy comportando como una estúpida, pero tengo mi ego un poco herido y, en estos momentos, me importa poco encontrarme con algo o alguien dispuesto a hacerme algo. Caminé sin saber a dónde rayos me estaba dirigiendo, intentando alejarme, lo cual no duró mucho ya que Thomas me alcanzó en menos de nada.
- ¿Por qué te comportas así? ¿Acaso estás celosa por pensar en que pueda morder otro cuello diferente al tuyo? - Sentía la vena de mi cuello latir con fuerza al escucharle decir eso; en cualquier momento explotaría.
- No importa. - Su risa llenó el silencio y casi sonrío pero me resistí. Se acercó a mí con lentitud.
- ¿Crees que podría cambiarte? Eres el amor de vida, Dawson. No te muerdo no porque no me guste tu sabor o algo así, simplemente no lo hago porque me da miedo ser yo quien te lastime y deba matarme a mí mismo por hacerlo. Prometí que, al que te hiciera daño, lo haría sufrir, ¿recuerdas? - Asentí, suspirando suavemente, dejando salir mi malestar.
Se acercó a mi cuello, dejando un pequeño beso en él.
- Quiero estar totalmente seguro de que no te lastimaré, pequeña. Pero no lo haré con afán o porque sí. - Sus palabras rozaban mi cuello, causando un estremecimiento inigualable en todo mi ser.
- Está bien. - Suspiré con rendición. - Lamento haberme comportado como una total estúpida. - Sentí su risa en mi cuello y sonreí, pasando mis brazos alrededor de su cuello.
- Entiendo el motivo y me encanta ver que te pones celosa pero nunca te cambiaría a ti, pequeña. - Colocó sus labios en mi oído, haciéndome estremecer. - Soy tuyo para toda la eternidad. - Asentí, dándole un abrazo; al separarnos, sonrió. - Ahora, volvamos a la mansión para que duermas un poco y ambos podamos alimentarnos.
Asentí, viendo que me colocaba en su espalda nuevamente. Esta vez dejé mis ojos abiertos, respirando con tranquilidad, disfrutando la belleza de la mañana, en la espalda de mi amado. Sentía que mis ojos se secaban pero poco me importaba, me sentía feliz de saber que, aunque me comporte como una estúpida o haga berrinche, este bello vampiro me seguirá amando así y me aceptará sin querer cambiarme.
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En La Oscuridad (Completa Y Corregida)
Vampiri- ¿Q-qué quieres d-de mí? - Quiero todo de ti. - Dijo con deseo en su voz. - No te acerques. - Fue acercándose lentamente más a mí y mis ojos conectaron con los suyos. - Imposible de obedecer. - Y rozó uno de sus dedos por mi mejilla, haciéndome es...