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—¿Y bien?- me quedé mirando a la pared, manchada de sangre, tenía un cuchillo en mi mano. Lamentablemente aún no podía reaccionar a lo que acababa de suceder..., Todo pasó tan rápido.
Estaba en una especie de shock, no podía continuar con esto, me dolía mucho.
Aún no entendía que es lo que había hecho yo para terminar así, ¿por qué lo hice?

5 meses atrás.

—¡ Mei Chan!- chillo Darlett, sacudiendo me de un lado a otro.
—¿Qué?- dije alargando la última letra en tono molesto.
—¡Tienes que hacerlo!- la mire vaga –¡Mei!- me reí por su tono de súplica y me levante. Íbamos a jugar a un videojuego, era un juego infantil, aunque, Darlett tenía 13 años, le encantaba burlarse de este tipo de juegos.
Odio admitir esto, pero me entretenía jugando y viéndola a ella burlarse.
—¡Do-Do-Dora la exploradora!- canturreo ella, se cantó toda la canción y luego se empezó a reír como tonta.
Y si, literalmente así es mi día a día, por lo menos los fines de semana. Mamá estaba en un sillón con su celular, y papá dormía.
Darlett y yo jugamos un rato, hasta aburrirnos.

—¡Qué te alcanzo!- la amenace mientras corría detrás de ella.
—¡No! ¡No hagas eso Mei!- me lancé arriba suyo y empecé a hacerle cosquillas. Ella se quejaba y decía que no, que pare, pero no lo iba a hacer.
—¡Mei Chan!- gritó ella –¡Basta me voy a mear!- pare de hacerle cosquillas y me reí sola.

Vivo en un departamento chico. No soy una chica rica, y no puedo tener todo lo que quiero, pero soy feliz. Me llevo bien con mis papás, y mantengo una normal  relación con mi hermana, tengo otros hermanos, pero ellos ya viven por su cuenta.

Iba a un instituto normal, lamentablemente se usa uniforme, no es una escuela pública ni una privada, realmente olvide como se le decía a ese tipo de colegio, pero voy a uno así.
No tengo novio, pasó desapercibida por los chicos, no le gusto a nadie. Pero, así es mejor, no quiero tener que aguantarle los caprichos a nadie.

—¡Mei!- gritó mi papá –¡Vete a dormir!- bufé y apague el celular, era la tercera ves que me gritaba eso y no hacía caso, a la cuarta se iba a enojar.
Me dormí, tarde mucho en hacerlo, pero lo hice.

La escuela no es muy grande, no tiene segundo piso ni nada, cuenta con una cancha, el patio, el pasillo, un lugar para hacer actos, sala de video y luego están las aulas. En mi curso solamente somos veintiséis, pero hay otros cursos más numerosos.
Mi papá me lleva, a mí y a Mei a la secundaria. Yo tengo 16 años, me falta solamente un año para entrar a la Universidad.

Escuela, ocho horas metida ahí dentro, anotando todo, haciendo tareas, investigando sobre cosas que no me van a servir de nada en el futuro. Mirado la hora para saber cuando termina esto... Esa es mi rutina.
Al final de clases me fui con Darlett al trabajo de mi mamá, ella nos llevaría a casa.
Mientras Darlett me contaba sobre lo mucho que odiaba al profesor de Ingles, yo miraba atentamente un gato, era realmente raro, podría jurar que estaba muerto, por cómo se movía.
El gato nos siguió, comencé a preocuparme y le comente a Darlett.
—¡Ay pero si es solo un gatito!- ella sonrió inocente –¡es súper adorable!- sonrío ella mirando el gato. La reacción de mi hermana me calmo y lo pase desapercibido.

El día pasó, como pasan todos y ya era de noche. Yo andaba con el celular, chateando con unos amigos, revisando Instagram, Facebook.
Ya me había dormido, pero escuche tres golpesitos en la ventana.

Lie [Ben Drowned]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora